Ghaddafí quiere negociar y Asad aísla Damasco

El coronel busca una salida diplomática, pero Trípoli (ex Bengasi) prefiere que antes caiga el eje Sirte, último reducto de la tribu Ghaddafá. Mientras, en Siria los combates se acercan a la capital y el ejército alawí bombardea columnas civiles.

29 agosto, 2011

<p>El Consejo Nacional de Transici&oacute;n (CNT) rechaz&oacute; la madrugada del lunes una inesperada propuesta de Muammar Ghaddaf&iacute; &ndash;todav&iacute;a oculto- para un arreglo negociado. Obviamente, la situaci&oacute;n del coronel revela precariedad y falta de apoyo en casi todo el pa&iacute;s. En general, analistas de la Organizaci&oacute;n del Tratado Noratl&aacute;ntico (Ot&aacute;N) estiman que el caudillo y sus hijos m&aacute;s cercanos se refugian en bolsones de resistencia unos cuarenta kil&oacute;metros al sur de la capital y en el oasis de Sebha, centro del pa&iacute;s.</p>
<p>El armisticio fue planteado por Musa Ibrahim, portavoz del gobierno sup&eacute;rstite. De inmediato, Ahmed Darrat &ndash;ministro de interior en Tripoli- descart&oacute; toda posibilidad negociadora. &ldquo;S&oacute;lo se aceptar&aacute; una rendici&oacute;n incondicional de todos los Ghaddaf&iacute; involucrados en la guerra. Les garantimos trato justo seg&uacute;n la convenci&oacute;n de Ginebra y la corte internacional de La Haya&rdquo;.</p>
<p>Entretanto, el gobierno integraba el estado mayor conjunto donde, pese a resquemores occidentales, s&oacute;lo figura un militar vinculado a la Hermandad Musulmana, Abdel Hakim ben Hadj. El problema para este grupo sunn&iacute; ortodoxo reside en viejos lazos con Sa&rsquo;if al-Islam, primog&eacute;nito del coronel. Pero, por otra parte, la hermandad en Libia y Egipto intenta tomar distancia de Al-Qa&rsquo;eda, que trata de infiltrarse, especialmente en el ej&eacute;rcito.</p>
<p>En este c&oacute;ctel variopinto surge nuevamente la sombra de Jam&iacute;s, comandante de la temible brigada 32. Este lunes, fuentes del nuevo r&eacute;gimen sosten&iacute;an que el segundo hijo de Muammar pereci&oacute; dentro de un Mercedes incendiado en Tarhuna, 80 kil&oacute;metros al sudeste de la capital.</p>
<p>Otro es el estado de cosas en Siria. En un signo de que avanza la sublevaci&oacute;n civil de los sunn&iacute;es, fuerzas fieles al clan Bashar llevaban la dura represi&oacute;n (cuesta ya m&aacute;s de 3.000 muertos y 10.000 exilados) a las puertas de Damasco, literalmente. Esta vez, los grupos insurrectos que dan vueltas entre fortificaciones seculares incluyen polic&iacute;as, gendarmes y oficiales de baja graduaci&oacute;n. Todos ajenos a la &eacute;lite alawita (forma extrema de shi&rsquo;ismo) que controla el pa&iacute;s desde 1958.</p>
<p>Por otra parte, alrededor de la capital (sudoeste de Siria) se concentran los regimientos m&aacute;s importantes. Por su parte, los rebeldes ocupan posiciones en al-Ghuta y un suburbio metropolitano, Harasta.</p>
<p>Cinco meses de conflicto interior no han mellado al presidente vitalicio, Bashar al-Asad, ni a sus belicosos parientes. Las crecientes presiones de Turqu&iacute;a (otrora firme aliado), la Liga &Aacute;rabe o la Uni&oacute;n Europea no han obtenido nada. Siria cuenta con el firme apoyo de Ir&aacute;n. Este domingo, el canciller Ali Akbar Saleh&iacute; advert&iacute;a a la OT&aacute;N no atacar Damasco.<br />
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