<p>Mientras tanto, los aliados estiman que al ex caudillo le restan cien beduinos ultrafieles y 400 a 500 mercenarios africanos no árabes. Las armas ya no alcanzan, faltan blindados y casi no se ven civiles en el área. Al terminar septiembre, el coronel habrá cumplido tres meses y medio en perpetua huida.</p>
<p>Pero hoy hay una diferencia clave: la suerte de Muammar Ghaddafi no le importa a casi nadie y los europeos parecen haberlo olvidado, sumergidos en una fenomenal crisis de endeudamiento soberano. “Aparentemente, su pequeño grupo encuentra dificultades para refugiarse en algún país vecino (Níger, Chad, Sudán) o más lejano”, señala un informe de la agencia Reuters.</p>
<p>Por supuesto, subsisten tribus, como Gheddafa o Warfalla, ligadas por lazos de sangre. Pero en general han optado por negociar su futuro con el nuevo régimen “democrático”</p>
<p>Algunos días antes, el coronel y su guardia pasaron cerca de Samnu, camino justamente a la triple frontera. Mucho más complicada es la situación de Jamís, Mutasim, Sa’if al-Islam y Sa’adí, cuatro hijos dispersos en Libia misma.<br />
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Ghaddafi, oculto por la única tribu aún fiel
Gadamés está sobre el triángulo Libia-Túnez-Argelia y la ocupan tuaregs. Según Trípoli y Argel, el rais está protegido por la última tribu que le queda. Sus antiguos reductos de Sirte y Baní Walid (costa central) están en poder del nuevo gobierno.