<p>El reto soliviantó a sus colegas. Algunos de ellos (Francia, Austria, Alemania, Finlandia) le recordaron a Timothy Geithner las “peleas de conventillo” entre demócratas y republicanos por el tope del endeudamiento federal. Esos choques dejaron maltrechos los mismos mercados que Estados Unidos pretende defender.</p>
<p>Oblicuamente, el funcionario trataba de defender al Banco Central Europeo, entidad hoy poco popular allende el Atlántico. Geithner no paró ahí y censuró “una creciente dependencia respecto de prestamistas extranjeros, que puede hacerle perder a la Eurozona control sobre sus políticas”.<br />
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Nuevamente, Washington no veía la viga en su ojo: hace años financia su déficit presupuestario gracias a la “generosidad” de China, Japón y otros tomadores de deuda titulizada. “Desde el principio, lo realmente perjudicial para los europeos no fueron los disensos en el debate por estrategias, sino los conflictos entre gobiernos y el BCE. <br />
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Deben ustedes juntarse y atender lo esencial, la salida a la crisis”, predicaba Geithner desde Wroclaw (Breslau). <br />
Las presiones norteamericanas coinciden, no por casualidad, con una dura resolución del Eurogrupo (ministros financieros de la UE), que ha frenado la entrega de fondos frescos a Grecia. Vale decir, el sexto y último tramo (€ 8.000 millones) del rescate por 110.000 millones aprobado en mayo de 2010.<br />
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Esta actitud, que EE.UU. objeta no sin buenas razones, amenaza con dejar a Atenas sin caja para cubrir salarios y servicios esenciales. En buen romance, el cese de pagos general, no selectivo, se cierne sobre un país cuyos comerciante se incineran por no poder afrontar vencimientos cotidianos.<br />
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Estos roces salen a luz poco antes de la séptima y última elección provincial germana de 2011 (Berlín). La canciller Angela Merkel anduvo mal en los comicios previos, pues los votantes no quieren un gobierno cuya prudencia fiscal peligre por financiar rescates de economías mal administradas (Grecia, Portugal, Irlanda, Estonia). Holandeses, fineses, suecos y austríacos piensan igual.<br />
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Por eso mismo, varios ministro de la Eurozona rechazaron una sugerencia de EE.UU.: incrementar la flexibilidad del Fondo Europeo por Estabilidad Financiera (FEEF), una reserva de € 440.000 millones, ya afectada por dos rescates. Faltaba eso para reabrir las fisuras entre Washington y Bruselas en torno de políticas fiscales.<br />
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Geithner: riesgos catastróficos para Europa
Justo lo que se precisaba para irritar a los veintisiete, sus supuestos aliados. Déjense de grescas y ocúpense de la deuda soberana, espetó desde Polonia el secretario norteamericano de Hacienda, ante sus reticentes pares de la Unión Europea.