jueves, 26 de diciembre de 2024

G-20: las metas para 2011 y una tasa Tobin de 0,05%

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Circula otra especie de documento conjunto sobre déficit y producto bruto interno, con vistas a la cumbre del grupo de los 20. Mientras tanto, Jeffrey Sachs reitera una propuesta: gravamen de medio punto básico a operaciones financieras privadas.

<p>En resumen, los pa&iacute;ses del g-20 deben comprometen a reducir hasta la mitad la relaci&oacute;n entre d&eacute;ficit p&uacute;blico y producto bruto interno, con &eacute;nfasis en el g-8. Pese a datos en contrario, la cumbre de junio no condujo a nada. Probablemente, tampoco la pr&oacute;xima reuni&oacute;n (Se&uacute;l, 12-13 de noviembre) sirva para disipar equ&iacute;vocos. De paso, quiz&aacute;s evite ir desarmando paquetes de est&iacute;mulos sist&eacute;micos antes de tiempo, como quieren Alemania, Gran Breta&ntilde;a, el Benelux y otros.</p>
<p>Cediendo a presiones de varios emergentes &ndash;Brasil, Rusia, Argentina, Turqu&iacute;a, Indonesia, Malasia-, la declaraci&oacute;n final deje en libertad a cada gobierno para aplicar impuestos a las operaciones financieras del sector privado. Esto implica una derrota para adalides de la ortodoxia como Jap&oacute;n, Australia, Nueva Zelanda, Canad&aacute; u Holanda, que resisten cualquier forma de tasa Tobin, aunque su producido se destine a rescates de bancos.</p>
<p>En este punto, tercia Sachs, ex numen del hoy devaluado foro econ&oacute;mico mundial (Davos) y padre de la exitosa terapia aplicada en Rusia. El economista, como antes John Kenneth Galbraith, Joseph Stiglitz (Nobel 2001) y Paul Krugman (&iacute;dem 2008), Sachs propone una forma actualizada del esquema que le vali&oacute; a James Tobin el Nobel 1981.</p>
<p>&ldquo;Ya no alcanza con reformas financieras nacionales &ndash;la de Barack Obama ahora, por ejemplo- ni regionales (apunta Sachs), como se plantean en medio mundo. El negocio financiero global se hipertrofia, en particular la especulaci&oacute;n con derivativos. A mi juicio, debe pensarse en una tasa inicial de 0,05% sobre todo tipo de transacciones privadas, m&aacute;xime las que los grandes bancos centrales no quieren o pueden controlar&rdquo;. El economista espera que el gravamen genere &ldquo;miles de millones&rdquo;.</p>
<p>Sachs supone que Estados Unidos, Alemania, Suecia y Francia se manifestar&aacute;n a favor. Igual les cabe a emergentes como Brasil, Rusia o India. Al principio China se resistir&aacute; por una simple raz&oacute;n: no tiene bancos privados.</p>
<p>Volviendo al documento, el debate previo puso en evidencia que, en t&eacute;rminos de relaci&oacute;n d&eacute;ficit-PBI y excluyendo econom&iacute;as en crisis, el g-8 se lleva las palmas. Desde el 12,8% de Gran Breta&ntilde;a o el 11,5% de Espa&ntilde;a hasta el 5,3% de Italia o el 5,6% de Alemania, pasando por 11% (EE.UU.), 8,4% (Francia), 7.9% (Jap&oacute;n) y 8% (Holanda). Estas cifras demuestras hasta qu&eacute; punto ha fallado el pacto de Maastricht (1991) y qu&eacute; destino aguarda al nuevo pacto propuesto hace dos semanas.<br />
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