Fujimori dice que no vuelve a Perú

El presidente niega todas las acusaciones que se le hacen, denuncia imprecisas conspiraciones y responde por qué necesitará “algún tiempo” antes de regresar a su país y explicar por qué renuncia.

20 noviembre, 2000

El presidente de Perú, Alberto Fujimori, quien ayer (domingo 19) anunció en Japón su voluntad de renunciar a ese cargo, respondió hoy, por fax, un cuestionario a la agencia noticiosa EFE.

Se reproducen a continuación los principales tramos de esa entrevista.

– La prensa peruana informa que su viaje tenía como objetivo real borrar las pistas de fortuna de dinero depositada en bancos y en la Bolsa de Singapur.¿Qué tiene que decir al respecto?

– En Perú en este momento hay un ambiente muy propicio para que se siembre sistemáticamente información falsa. Es lo que está ocurriendo y alguna prensa de oposición que se presta a ello. Alguien dijo que habíamos ido de Lima a Miami: falso y fácil de comprobar. Esta siembra premeditada y sistemática de información falsa hace que alguien escriba que viajamos a Singapur, lo que es totalmente falso. Pero además se afirma, con una soltura de huesos increíble, que hemos ido a donde nunca estuvimos, a cambiar de destino una cuenta por US$ 18 millones. Se habla de cuentas y de bancos. Muy bien: si ya se tiene identificados esos bancos, que el procurador Ugaz, o quien quiera, pida la información que necesita.

– ¿Quiere decir que todas esas informaciones sobre sus supuestas cuentas en el exterior son falsas?

– Totalmente. A esos críticos y detractores de siempre les digo que no canten victoria. Me debo al pueblo de Perú y en su momento éste conocerá los detalles de mi decisión y los entretelones y las extrañas presiones sobre las cabezas de algunos personajes que hoy reclaman coraje.

– La prensa peruana también ha asegurado que su cuñado Víctor Aritomi es su testaferro. Aritomi es el único embajador peruano que se ha mantenido en el mismo puesto desde que usted llegó a la presidencia de la República. ¿Podría aclarar por qué ha mantenido a su cuñado durante 10 años como embajador en Japón?

– Se ha mantenido en ese cargo porque habla un japonés perfecto, tiene excelentes relaciones con las autoridades japonesas y porque todo eso se ha traducido en resultados concretos: apoyo, cooperación, donaciones y créditos por un equivalente a US$ 3.000 millones en estos últimos 10 años. ¿Pará que sirve un embajador si no es para mejorar las relaciones entre los países? ¿Por qué cambiar a un embajador que funciona? ¿Sólo porque es cuñado de Fujimori?

– ¿Puede dar algún dato o información que despeje cualquier sospecha sobre su supuesta posesión irregular de dinero?

– Yo ya en mi primera conferencia de prensa, tras la revelación de las cuentas por US$ 48 millones atribuidas a Montesinos, afirmé que no poseía cuenta en el exterior.

– Hay quienes en Perú se muestran muy suspicaces por el hecho de que sus hijos estudien en universidades extranjeras, porque piensan que usted no puede asumir el gasto que esos estudios supone si no es con fondos conseguidos irregularmente.

– Las cuentas de los estudios de mis hijos en el extranjero son claras. Basta con hacer un balance de los costos de estudios con los ahorros iniciales y la venta de mi última propiedad.

– Se ha especulado mucho sobre la posibilidad de que el señor Montesinos disponga de algún mecanismo para chantajearlo a usted. ¿Lo ha intentado? ¿Ha sentido usted temor a que su ex asesor lo sitúe en una situación difícil o enfrentado a la legalidad?

– En dos declaraciones, a Radio Programas del Perú y a (la revista) Epoca, de México, ha hecho afirmaciones e insinuaciones. En el primer caso respecto de que yo era partidario de aplicarle la pena de muerte a Abimael Guzmán y luego vagas insinuaciones que podrán entenderse como chantaje. Podría utlizar algún recurso, como parece estar haciéndolo con algunos. Pero, precisamente, es fundamental librarse de esos esquemas de chantaje.

– Se ha especulado también con que el señor Montesinos dispone de documentación muy comprometedora para algunos miembros de la clase política peruana, ¿Ha tenido acceso a parte de esa información o documentación?

– Acceso no, pero de buena fuente sé que existe esa posibilidad. Montesinos reunió información sobre personajes de la oposicion e incluso de alguna gente del Gobierno. Algunos de ellos, que se muestran ahora muy valientes, es probable que actúen presionados. Eso se sabrá en su momento.

– ¿No cree usted que tenía el deber de conseguir que Montesinos fuera detenido antes de presentar su dimisión como presidente de la República?

– Lo intenté hasta antes de mi viaje. Evidentemente hubiera sido lo deseable capturarlo y pasarlo a la justicia antes de mi carta de renuncia.

– ¿Por qué cree usted que no ha sido posible localizar ni detener hasta ahora a Montesinos?

– Existe, y lo he comprobado en el último mes, una vasta red oculta que posibilita eso. Se la tejió en el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, entre otras. Es una responsabilidad política que asumo, por no haberlo detectado como debía ser.

– ¿Por qué decidió no acudir a la cumbre iberoamericana de Panamá? ¿Había decidido ya dimitir?

– Mi presencia y mi participación en el proceso de transición fueron sumamente criticadas. Al tomar la decisión, quizá prevaleció esto. Aún no había decidido dimitir, pero estaba observando los últimos acontecimientos, especialmente la elección del nuevo presidente del Congreso. La nueva correlación de fuerzas y la conciencia del riesgo de una mayor tensión política me llevan a tomar la decisión de renunciar a la Presidencia de la República.

– ¿Se siente usted traicionado por los ministros que hicieron pública anticipadamente su decisión?

– Envié notas explicatorias a mis ministros, algunas autoridades y voceros parlamentarios. En todo grupo humano hay diferencias de estilo y personalidad. No hablaré de traición, sino de reacción. No deja de sorprenderme esa fuerza misteriosa que mueve a algunos, como si hubieran hilos invisibles por encima de sus hombros. Alguna fuerza misteriosa los hace salir a la televisión.

– Piensa usted regresar a Perú. ¿Puede precisar cuándo?

– No tengo planes precisos en lo inmediato, salvo tratar de aclarar, si esto es posible, una decisión que para algunos ha causado tristeza, o indignación o sensación de que los he abandonado. Para esto necesitaré algún tiempo.

– El resultado de sus 10 años de gobierno ya es conocido. ¿De qué se arrepiente usted? ¿En que cree que se equivocó?

– La historia reivindicará mi obra de gobierno. De eso estoy seguro. Efectivamente, no es éste un happy end, pero soy realista y voy a enfrentar las dificultades, no a llorar sobre la leche derramada.

Más información en “Perú quedó virtualmente acéfalo”, en esta misma sección.

El presidente de Perú, Alberto Fujimori, quien ayer (domingo 19) anunció en Japón su voluntad de renunciar a ese cargo, respondió hoy, por fax, un cuestionario a la agencia noticiosa EFE.

Se reproducen a continuación los principales tramos de esa entrevista.

– La prensa peruana informa que su viaje tenía como objetivo real borrar las pistas de fortuna de dinero depositada en bancos y en la Bolsa de Singapur.¿Qué tiene que decir al respecto?

– En Perú en este momento hay un ambiente muy propicio para que se siembre sistemáticamente información falsa. Es lo que está ocurriendo y alguna prensa de oposición que se presta a ello. Alguien dijo que habíamos ido de Lima a Miami: falso y fácil de comprobar. Esta siembra premeditada y sistemática de información falsa hace que alguien escriba que viajamos a Singapur, lo que es totalmente falso. Pero además se afirma, con una soltura de huesos increíble, que hemos ido a donde nunca estuvimos, a cambiar de destino una cuenta por US$ 18 millones. Se habla de cuentas y de bancos. Muy bien: si ya se tiene identificados esos bancos, que el procurador Ugaz, o quien quiera, pida la información que necesita.

– ¿Quiere decir que todas esas informaciones sobre sus supuestas cuentas en el exterior son falsas?

– Totalmente. A esos críticos y detractores de siempre les digo que no canten victoria. Me debo al pueblo de Perú y en su momento éste conocerá los detalles de mi decisión y los entretelones y las extrañas presiones sobre las cabezas de algunos personajes que hoy reclaman coraje.

– La prensa peruana también ha asegurado que su cuñado Víctor Aritomi es su testaferro. Aritomi es el único embajador peruano que se ha mantenido en el mismo puesto desde que usted llegó a la presidencia de la República. ¿Podría aclarar por qué ha mantenido a su cuñado durante 10 años como embajador en Japón?

– Se ha mantenido en ese cargo porque habla un japonés perfecto, tiene excelentes relaciones con las autoridades japonesas y porque todo eso se ha traducido en resultados concretos: apoyo, cooperación, donaciones y créditos por un equivalente a US$ 3.000 millones en estos últimos 10 años. ¿Pará que sirve un embajador si no es para mejorar las relaciones entre los países? ¿Por qué cambiar a un embajador que funciona? ¿Sólo porque es cuñado de Fujimori?

– ¿Puede dar algún dato o información que despeje cualquier sospecha sobre su supuesta posesión irregular de dinero?

– Yo ya en mi primera conferencia de prensa, tras la revelación de las cuentas por US$ 48 millones atribuidas a Montesinos, afirmé que no poseía cuenta en el exterior.

– Hay quienes en Perú se muestran muy suspicaces por el hecho de que sus hijos estudien en universidades extranjeras, porque piensan que usted no puede asumir el gasto que esos estudios supone si no es con fondos conseguidos irregularmente.

– Las cuentas de los estudios de mis hijos en el extranjero son claras. Basta con hacer un balance de los costos de estudios con los ahorros iniciales y la venta de mi última propiedad.

– Se ha especulado mucho sobre la posibilidad de que el señor Montesinos disponga de algún mecanismo para chantajearlo a usted. ¿Lo ha intentado? ¿Ha sentido usted temor a que su ex asesor lo sitúe en una situación difícil o enfrentado a la legalidad?

– En dos declaraciones, a Radio Programas del Perú y a (la revista) Epoca, de México, ha hecho afirmaciones e insinuaciones. En el primer caso respecto de que yo era partidario de aplicarle la pena de muerte a Abimael Guzmán y luego vagas insinuaciones que podrán entenderse como chantaje. Podría utlizar algún recurso, como parece estar haciéndolo con algunos. Pero, precisamente, es fundamental librarse de esos esquemas de chantaje.

– Se ha especulado también con que el señor Montesinos dispone de documentación muy comprometedora para algunos miembros de la clase política peruana, ¿Ha tenido acceso a parte de esa información o documentación?

– Acceso no, pero de buena fuente sé que existe esa posibilidad. Montesinos reunió información sobre personajes de la oposicion e incluso de alguna gente del Gobierno. Algunos de ellos, que se muestran ahora muy valientes, es probable que actúen presionados. Eso se sabrá en su momento.

– ¿No cree usted que tenía el deber de conseguir que Montesinos fuera detenido antes de presentar su dimisión como presidente de la República?

– Lo intenté hasta antes de mi viaje. Evidentemente hubiera sido lo deseable capturarlo y pasarlo a la justicia antes de mi carta de renuncia.

– ¿Por qué cree usted que no ha sido posible localizar ni detener hasta ahora a Montesinos?

– Existe, y lo he comprobado en el último mes, una vasta red oculta que posibilita eso. Se la tejió en el Poder Judicial, las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, entre otras. Es una responsabilidad política que asumo, por no haberlo detectado como debía ser.

– ¿Por qué decidió no acudir a la cumbre iberoamericana de Panamá? ¿Había decidido ya dimitir?

– Mi presencia y mi participación en el proceso de transición fueron sumamente criticadas. Al tomar la decisión, quizá prevaleció esto. Aún no había decidido dimitir, pero estaba observando los últimos acontecimientos, especialmente la elección del nuevo presidente del Congreso. La nueva correlación de fuerzas y la conciencia del riesgo de una mayor tensión política me llevan a tomar la decisión de renunciar a la Presidencia de la República.

– ¿Se siente usted traicionado por los ministros que hicieron pública anticipadamente su decisión?

– Envié notas explicatorias a mis ministros, algunas autoridades y voceros parlamentarios. En todo grupo humano hay diferencias de estilo y personalidad. No hablaré de traición, sino de reacción. No deja de sorprenderme esa fuerza misteriosa que mueve a algunos, como si hubieran hilos invisibles por encima de sus hombros. Alguna fuerza misteriosa los hace salir a la televisión.

– Piensa usted regresar a Perú. ¿Puede precisar cuándo?

– No tengo planes precisos en lo inmediato, salvo tratar de aclarar, si esto es posible, una decisión que para algunos ha causado tristeza, o indignación o sensación de que los he abandonado. Para esto necesitaré algún tiempo.

– El resultado de sus 10 años de gobierno ya es conocido. ¿De qué se arrepiente usted? ¿En que cree que se equivocó?

– La historia reivindicará mi obra de gobierno. De eso estoy seguro. Efectivamente, no es éste un happy end, pero soy realista y voy a enfrentar las dificultades, no a llorar sobre la leche derramada.

Más información en “Perú quedó virtualmente acéfalo”, en esta misma sección.

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