“Parte del supuesto de una inflación para el próximo año del 60%. Sin embargo, no existe ninguna explicación que justifique el abrupto descenso en la variación de precios, habida cuenta que 2022 concluirá con una inflación en el orden del 100%”, afirma al respecto.
“En particular, ello implica que hay una fuerte subestimación de los ingresos, lo cual habilita luego al Poder Ejecutivo a disponer de manera discrecional de los recursos que exceden a lo presupuestado”, describe.
“En otro orden, el estudio realizado por la Oficina de Presupuesto del Congreso advierte que se encuentran discrepancias entre el monto proyectado de recursos y lo distribuido. De hecho, califica como riesgos fiscales importantes dichos desvíos entre las transferencias corrientes y de capital presupuestadas y observadas a fin de cada período. Y precisamente los atribuye a la mayor inflación respecto de la estimada como pauta”, asegura.
“En cuanto a las proyecciones macroeconómicas, que contemplan un crecimiento del PIB del 2% en 2023, el único rubro que experimenta un incremento sustantivo es el de exportaciones, con un 7,1% sobre 2022. Sin embargo, las contingencias climáticas, que pueden afectar el resultado de las cosechas, pone un signo de interrogación sobre dicha proyección”, completa.