Con una semana de demora, se encontraron en París ambos funcionarios, sin resultados dignos de mención. Por otra parte, la oferta pública accionaria (OPA) de Enel había sido tornada imposible cuando el gobierno francés impuso, por decreto, la fusión de la privada Suez con la estatal Gaz de France.
Bréton mismo se encargó de admitir ante los medios que esa medida tuvo por objeto bloquear la propuesta de Enel. A partir de ahora, la campaña electoral italiana congelará todo tipo de negociaciones, si es que –en verdad- queda margen para alguna.
Horas después del comunicado conjunto, se reunía en Bruselas el Ecofin, esto es los titulares de economía o hacienda de la Eurozona (los doce adherentes a la moneda única). Entre ellos, claro, Tremonti y Bréton. Justamente en este grupo es donde las divisiones en torno de la ola de “neonacionalismo” se agudizan. Por un lado, Francia y España –curiosamente “ortodoxa” en lo demás-; por el otro, Alemania, Holanda, Austria y el resto, con Italia en el medio.
“Esta ola de proteccionismo político es inaceptable”, sostuvo Josef Grasser, austríaco, presidente de turno en el Ecofin. Fue apoyado por sus colegas alemán, holandés, belga, irlandés, italiano, portugués, sueco y danés. Entretanto, Enel aprestaba el lanzamiento de la OPA hostil, programada para la semana próxima, lo cual no pasará de ser un gesto.
Con una semana de demora, se encontraron en París ambos funcionarios, sin resultados dignos de mención. Por otra parte, la oferta pública accionaria (OPA) de Enel había sido tornada imposible cuando el gobierno francés impuso, por decreto, la fusión de la privada Suez con la estatal Gaz de France.
Bréton mismo se encargó de admitir ante los medios que esa medida tuvo por objeto bloquear la propuesta de Enel. A partir de ahora, la campaña electoral italiana congelará todo tipo de negociaciones, si es que –en verdad- queda margen para alguna.
Horas después del comunicado conjunto, se reunía en Bruselas el Ecofin, esto es los titulares de economía o hacienda de la Eurozona (los doce adherentes a la moneda única). Entre ellos, claro, Tremonti y Bréton. Justamente en este grupo es donde las divisiones en torno de la ola de “neonacionalismo” se agudizan. Por un lado, Francia y España –curiosamente “ortodoxa” en lo demás-; por el otro, Alemania, Holanda, Austria y el resto, con Italia en el medio.
“Esta ola de proteccionismo político es inaceptable”, sostuvo Josef Grasser, austríaco, presidente de turno en el Ecofin. Fue apoyado por sus colegas alemán, holandés, belga, irlandés, italiano, portugués, sueco y danés. Entretanto, Enel aprestaba el lanzamiento de la OPA hostil, programada para la semana próxima, lo cual no pasará de ser un gesto.