El mercado mayorista y la central fabril acordaron disminuir el suministro a cambio de un descuento de 23 % en la multa que cobraba el gobierno por mayores consumos desde 2005. Los premios y castigos para incentivar la construcción de centralitas privadas no funcionaron.
Cammesa y la Unión Industrial Argentina negocian extender de cuatro a seis horas las restricciones para el uso de electricidad por lo menos hasta que termine la semana.
La medida será implementada para paliar los efectos de la escasez de energía frente a la mayor demanda domiciliaria que originan las bajas temperaturas de estas jornadas.
La compensación que ofrece el gobierno a las plantas fabriles es un descuento del 23 % en los excedentes cobrados a las firmas que aumentaron el consumo de electricidad en comparación con la marca del 2005, por lo que se aplica el triple de tarifa como “multa”.
De hecho, estas conversaciones significan el principio del fin del plan Energía Plus que imaginó la administración de Néstor Kirchner para incentivar a las empresas a invertir en generadores propios, lo cual no ha dado el resultado esperado, de acuerdo con la óptica oficial.
El problema abarca más allá del frío de estos días. La media de la demanda de electricidad creció 30 % y a las limitaciones que empezaron a sufrir los envíos de gas desde Bolivia que la cubrían.
Otro aspecto no contemplado en la política social ha sido el fuerte incremento en el precio de las garrafas, fuente que en los barrios más humildes se reemplazó por calefactores eléctricos con las secuelas que ello causó en el suministro.
Las compañías distribuidoras reconocen que este factor provocó más cortes de luz que los normales, sobre todo en las zonas a las que no llegan las redes.
GNC
El plan de emergencia energética que ejecuta el gobierno nacional se decide a diario. Según el registro térmico, se hacen las cuentas para abrir y cerrar cañerías.
El abastecimiento de GNC queda para el último las jornadas que marcan bruscos descensos de temperatura, ya que el gas natural se prioriza en la sustitución del fluido proveniente del Comahue, cuyas reservas se vienen agotando.
Hacia mañana se irá normalizando en esta etapa, pero el faltante volverá a producirse en cuanto oscile el termómetro. Así, se repetirá en los próximos dos meses.
La intimación que cursó el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, a las empresas distribuidoras de GNC (MetroGas, Gas Natural Buenos Aires Norte, Camuzzi Pampeana y Sur, Litoral, TGN y TGS, además de Repsol, Total, Petrobrás, Tecnopetrol y Chevron) por la interrupción del suministro durante viernes y sábado pareció más una maniobra para deslindar públicamente responsabilidades en vísperas del ballottage porteño.
Las firmas integran junto con los entes de control y la Secretaría de Energía un comité de emergencia, que inclusive instrumentó un pedido especial del gobierno para derivar gas a las refinerías para que pudieran sacar más gasoil y a las centrales térmicas afectadas por la merma del Comahue.
El mercado mayorista y la central fabril acordaron disminuir el suministro a cambio de un descuento de 23 % en la multa que cobraba el gobierno por mayores consumos desde 2005. Los premios y castigos para incentivar la construcción de centralitas privadas no funcionaron.
Cammesa y la Unión Industrial Argentina negocian extender de cuatro a seis horas las restricciones para el uso de electricidad por lo menos hasta que termine la semana.
La medida será implementada para paliar los efectos de la escasez de energía frente a la mayor demanda domiciliaria que originan las bajas temperaturas de estas jornadas.
La compensación que ofrece el gobierno a las plantas fabriles es un descuento del 23 % en los excedentes cobrados a las firmas que aumentaron el consumo de electricidad en comparación con la marca del 2005, por lo que se aplica el triple de tarifa como “multa”.
De hecho, estas conversaciones significan el principio del fin del plan Energía Plus que imaginó la administración de Néstor Kirchner para incentivar a las empresas a invertir en generadores propios, lo cual no ha dado el resultado esperado, de acuerdo con la óptica oficial.
El problema abarca más allá del frío de estos días. La media de la demanda de electricidad creció 30 % y a las limitaciones que empezaron a sufrir los envíos de gas desde Bolivia que la cubrían.
Otro aspecto no contemplado en la política social ha sido el fuerte incremento en el precio de las garrafas, fuente que en los barrios más humildes se reemplazó por calefactores eléctricos con las secuelas que ello causó en el suministro.
Las compañías distribuidoras reconocen que este factor provocó más cortes de luz que los normales, sobre todo en las zonas a las que no llegan las redes.
GNC
El plan de emergencia energética que ejecuta el gobierno nacional se decide a diario. Según el registro térmico, se hacen las cuentas para abrir y cerrar cañerías.
El abastecimiento de GNC queda para el último las jornadas que marcan bruscos descensos de temperatura, ya que el gas natural se prioriza en la sustitución del fluido proveniente del Comahue, cuyas reservas se vienen agotando.
Hacia mañana se irá normalizando en esta etapa, pero el faltante volverá a producirse en cuanto oscile el termómetro. Así, se repetirá en los próximos dos meses.
La intimación que cursó el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, a las empresas distribuidoras de GNC (MetroGas, Gas Natural Buenos Aires Norte, Camuzzi Pampeana y Sur, Litoral, TGN y TGS, además de Repsol, Total, Petrobrás, Tecnopetrol y Chevron) por la interrupción del suministro durante viernes y sábado pareció más una maniobra para deslindar públicamente responsabilidades en vísperas del ballottage porteño.
Las firmas integran junto con los entes de control y la Secretaría de Energía un comité de emergencia, que inclusive instrumentó un pedido especial del gobierno para derivar gas a las refinerías para que pudieran sacar más gasoil y a las centrales térmicas afectadas por la merma del Comahue.