Fracaso de una cumbre tripartita en cuanto a gas e hidroelectricidad

La reunón entre los presidentes brasileño y argentina deja resultados en energía nuclear y cooperacións militar. Pero su versión triple, con Evo Morales, fue un fracaso para Buenos Aires.

24 febrero, 2008

Olivos no logró alcanzar acuerdos en materia de gas natural y eso, a la larga, también puede involucrar Chile, cliente de Argentina. En realidad, quien sale malparada es la presidente Cristina Fernández Kirchner, pues su propuesta fue rechazada por el boliviano y Luiz Inácio da Silva.

El sentimental discurso de Lula ante la asamblea legislativa no sirvió de mucho. Los tres jefes de estado no consiguieron ponerse de acuerdo para asegurar abastecimientos de gas suficientes durante el próximo invierno austral.

Algunos medios calificaron de difícil y tenso a un encuentro quizá con demasiados funcionarios y técnicos revoloteando alrededor de los mandatarios. Especialmente, de la argentina. Casi tres horas de cabildeos no condujeron a casi nada, en buena medida porque no había compromisos de antemano.

En rigor, lo único que pudo hacerse fue formar un grupo de tareas. Éste se reunirá en La Paz, poco antes o después de semana santa. La clave del problema es Brasil, en absoluto dispuesto a dejar sin gas a la poderosa industrias paulista, sólo porque Argentina no tiene desde hace años una política clara en materia de energía y combustibles. Lula le ofreció a Cristina K. apenas 200 megavatios de hidroelectricidad. Pero Argentina importó 1.100 mW en 2007 y una sola central nuclear (Embalse) produce 600 mW.

Olivos no logró alcanzar acuerdos en materia de gas natural y eso, a la larga, también puede involucrar Chile, cliente de Argentina. En realidad, quien sale malparada es la presidente Cristina Fernández Kirchner, pues su propuesta fue rechazada por el boliviano y Luiz Inácio da Silva.

El sentimental discurso de Lula ante la asamblea legislativa no sirvió de mucho. Los tres jefes de estado no consiguieron ponerse de acuerdo para asegurar abastecimientos de gas suficientes durante el próximo invierno austral.

Algunos medios calificaron de difícil y tenso a un encuentro quizá con demasiados funcionarios y técnicos revoloteando alrededor de los mandatarios. Especialmente, de la argentina. Casi tres horas de cabildeos no condujeron a casi nada, en buena medida porque no había compromisos de antemano.

En rigor, lo único que pudo hacerse fue formar un grupo de tareas. Éste se reunirá en La Paz, poco antes o después de semana santa. La clave del problema es Brasil, en absoluto dispuesto a dejar sin gas a la poderosa industrias paulista, sólo porque Argentina no tiene desde hace años una política clara en materia de energía y combustibles. Lula le ofreció a Cristina K. apenas 200 megavatios de hidroelectricidad. Pero Argentina importó 1.100 mW en 2007 y una sola central nuclear (Embalse) produce 600 mW.

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