Autoridades monetarias de EE.UU., presentes en la reunión de banqueros centrales de todo el mundo, se mostraron escépticos con respecto a esos reclamos y subrayaron el carácter autónomo de las decisiones tomadas por la Fed.
La presidenta del FMI, Christine Lagarde, declaró a la agencia de noticias Bloomberg que se necesita “claridad sobre cuándo y cómo van a ocurrir las cosas” por parte de la Fed, en relación al cese del programa de estímulo monetario basado en la compra de 85.000 millones de dólares mensuales en bonos, con el fin de mitigar el impacto en los mercados financieros, en particular en los países emergentes.
Su llamado fue respaldado por el presidente del banco central mexicano, Agustín Carstens, quien instó al organismo norteamericano a ser más “transparente” en su estrategia.
“Lo que tendría más impacto ahora mismo sería tener una mejor y más clara implementación del cese de estímulos (tapering)”, señaló el ex candidato a presidir el FMI, quien además consideró que el mayor desafío actual para las economías emergentes es “adaptarse a la estrategia de salida” de los países desarrollados.
“Sería deseable tener una coordinación de la política monetaria. Tener a los bancos centrales de las economías avanzadas en direcciones diferentes podría convertirse en una fuente de inestabilidad”, advirtió el economista.
Sin embargo, autoridades de la Reserva Federal se mostraron escépticos con respecto a los reclamos de los países emergentes surgidos en el marco del encuentro.
“Hay que recordar que somos una `criatura legal` del Congreso y que solo tenemos mandato para cuidarnos a nosotros mismos en interés de los Estados Unidos”, afirmó el presidente de la Reserva Federal de Atlanta, Dennis Lockhart, en declaraciones reproducidas por Bloomberg.
“El resto de los países tienen que tomarlo como un dato de la realidad y ajustarse a nosotros, si eso es importante para sus economías”, agregó.
Su par de Saint Louis, James Bullard, fue en la misma dirección al afirmar que “no vamos a basar nuestra política únicamente en la volatilidad de los mercados emergentes”.
La reunión de Jackson Hole se desarrolló durante dos días y culminó ayer, sin la presencia del presidente del máximo organismo monetario de EE.UU., Ben Bernanke, y en medio de las especulaciones acerca de cuál será la fecha exacta en la que EE.UU. comience a retirar los estímulos monetarios que guiaron la recuperación tras la crisis iniciada en 2008.
Tras la difusión el miércoles pasado de las minutas de la última reunión de la Fed, la incertidumbre persiste en los mercados después de que el directorio del organismo monetario se mostrara dividido sobre el inicio del cese, que podría comenzar en septiembre o en la siguiente reunión del organismo, en diciembre de este año.