Fini rompe con Berlusconi y le pide abandonar el gobierno
Ante la convención de su partido Futuro y Libertad (PFL), Gianfranco Fini ex socio de Silvio Berlusconi- le exigió formar gobierno con la Unión Democristiana o nos vamos todos. El primer ministro podría dimitir y forzar elecciones anticipadas.
<p>Al demandar que el “cavaliere” disuelva el gabinete, el presidente de la cámara baja pone en crisis la tambaleante coalición de derechas que maneja Italia. La reacción de Berlusconi confirma amenazas formuladas este mismo fin de semana: “voy al frente con el voto y no me fío del parlamento”. <br />
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Entretanto, su partido Popular Libertario (PDL) sostiene que Fini es quien debe renunciar “por traidor”. Significativamente, el senador Umberto Bossi –Liga Norte, separatista- opta por un perfil bajo y se limita a seguir los acontecimientos. En este juego ¿quién tiene más ases en la mano y quién quedará peor al mostrar las cartas? ¿Acaso la legislatura podría respaldar un gabinete técnico encabezado por Giulio Tremonti, actual ministro de economía?<br />
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Tal vez la clave sea el PFL, fundado con un objetivo por demás ambicioso y poco realista. A saber, armar un centroderecha sin la conducción de Berlusconi, cuya figura ha sido puesta en entredicho por una serie de escándalos.<br />
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Por de pronto, la criatura de Fini primero debe diferenciarse de las docenas de partiditos que surgen, prosperan y se extinguen exclusivamente al calor de las intrigas palaciegas italianas. Esto vale también para la descuajeringada alianza de centroizquierda que, languideciendo entre grescas e inconsistencias, explica la longevidad de Berlusconi o los delirios “padanos” de Bossi.<br />
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En verdad, el “cavaliere” continúa siendo líder de la derecha, jefe de gobierno y numen único del mayor partido de la coalición (PDL). En realidad, centroizquierdistas como Massimo d’Alema admiten que las encuestas continúan sosteniendo a Berlusconi y lo mejor sería esperar que su figura se agriete en grado muy superior al presente.<br />
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No obstante, ciertas realidades del liderazgo oficialista no dejarán de ser fuentes de conflictos duros, violentos, irreductibles y quizá terminales. Este horizonte hace que el prestigioso presidente de la república –el izquierdista Giorgio Napolitano- sea para algunos una salida provisional, en combinación con un gabinete técnico dirigido por Tremonti.</p>
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