Sindicada como una de las principales causas de la crisis que sigue castigando las economías mayores, la dupla derivativo-derivado ocupa a asesores de los poderes ejecutivo y legislativo. Así quedó claro durante la primera reunión de trabajo sobre el asunto, este miércoles en Washington. <br />
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Por consiguiente, se elevarán al Congreso –vía cámara baja, controlada por los demócratas- proyectos tendientes a crear una infraestructura para supervisar mejor los mercados de futuros y opciones. Este segmento es clave para crear y manejar esos “instrumentos de destrucción masiva”, según apta definición del megafinancista Warren Buffett, que se hizo rico –como Geoge Soros- especulando con derivados. <br />
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En un mensaje de apenas dos carillas, el secretario de hacienda Timothy Geithner solicitó “trámite urgente” para el paquete inicial de medidas. Entre las categorías afectada figuran pases de créditos en cese de pagos (una forma de seguro muy volátil) y operaciones en la plaza a término para materias primas y alimentos básicos. Merced a la extrema mutabilidad de estos instrumentos, se estima que mueven unos tres billones de dólares diarios en “aire caliente”; o sea, liquidez virtual. <br />
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Geithner pide a los legisladores “conferir en las instancias reguladoras facultades discrecionales para imponer nuevas exigencias de capital real de sostén (encajes) y otras normas a quienes emitan derivados. Como ocurre con los bancos comerciales, esos encajes reflejarán sus propias carteras de préstamos y su riesgo potencial. <br />
Significativamente, el documento deja al Congreso libertad para decidir qué entidad ejercerá las futuras funciones supervisoras. Esto refleja, indirectamente, la escasa confianza en la Reserva Federal (al menos mientras la presida Benjamin Bernanke). Por ende, las opciones serán la Securities & Exchange Commission –comisión de valores- o la comisión para futuros de productos primarios (CFTC). <br />
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Finalmente, Barack Obama apunta a los derivados
Como parte de la primera campaña para reformar el sector financiero en EE.UU., el gobierno pedirá al Congreso nuevas facultades para supervisar instrumentos especulativos aún fuera de control. En esencia, los derivativos y sus contratos derivados.