Lo que impulsa una competencia entre consumidores que derivó en una importante mejora en las cotizaciones internacionales, como explica el último informe del IERAL, de la Fundación Mediterránea..
Para tener orden de magnitud de este shock externo favorable, una cosecha de 22 millones de toneladas de trigo, de 43 millones de toneladas de soja y de 50 millones de toneladas de maíz, que son los volúmenes aproximados que tendrá el ciclo agrícola 2021/2022, vale US$ 51 mil millones a los precios internacionales de este año, pero US$ 31 mil millones a los precios del 2020, es decir hay US$ 20 mil millones de efecto precio.
Ajustando por el hecho que no todos los granos se exportan, el premio que generan los altos precios en términos de divisas se aproxima a US$ 16 mil millones anuales respecto de dos años atrás.
Los factores que actualmente sostienen los precios en niveles altos son básicamente tres: a) las existencias globales (relativamente bajas); b) los efectos de la invasión de Rusia sobre la producción ucraniana futura (con impacto en maíz, trigo y girasol); c) una oferta de soja sudamericana (Brasil, Argentina, Paraguay) que será finalmente bastante menor que la del año pasado.
Como factor bajista asoma en el horizonte la importante desaceleración de la economía china y probablemente también de la economía global en un contexto de subas de tasas de interés.
Por último, un elemento que será también determinante de la dinámica del mercado en próximos meses es la campaña agrícola en Estados Unidos, un mínimo problema en el primer productor y exportador mundial de granos generaría presión adicional sobre los precios, y lo contrario sí la campaña avanzase de manera prometedora.