Exportaciones frenadas por subsidios

Según ña Fundación Mediterránea, el proteccionismo del Primer Mundo hace perder al país ventas por US$ 6000 millones. Sin subsidios, el PBI subiría –en un año– $ 10.000 millones.

11 septiembre, 2000

Un trabajo de la Fundación Mediterránea para la Copal (Coordinadora de Industrias de Productos de la Alimentación) pone en cifras por primera vez (la mayor parte de los datos que se manejaban hasta ahora es estimada) cuál es el perjuicio económico concreto para el país por el proteccionismo del Primer Mundo en materia de productos agrícolas.

Según el informe, la eliminación de todas las trabas al comercio internacional supondría para la Argentina un crecimiento del PBI de US$ 10.000 millones ( 3,5%, es decir, un punto y medio más que lo que el país crecerá este año según las últimas proyecciones del Gobierno). Las exportaciones podrían aumentar 25% anual le permitiría a la Argentina saldar el déficit fiscal que prevé para el año 2000. Además, por la misma cantidad de productos se obtendría 13% más de dinero y se crearían unos 50.000 puestos de trabajo al año.

Los grandes mercados–como la UE, Estados Unidos o Japón– ponen trabas e impedimentos a cualquier tipo de medida de protección de la industria local que puedan desarrollar otros países, pero no tienen en cuenta las consecuencias devastadoras que poseen las políticas proteccionistas que ellos mantienen hacia sus industrias.

Los productos que la UE y Japón someten a aranceles más elevados son azúcar y artículos de confitería, cárnicos, lácteos y huevos, cereales y bebidas, rubros que representan casi 30% de las exportaciones de materias primas y manufacturas de origen agropecuario (MOA) argentinas y 17% de las exportaciones totales.

En los últimos años el país llevó esta queja ante las naciones desarrolladas, pero las perspectivas de que los reclamos hallen eco no son demasiado alentadoras. Gabriel Casaburi–economista de la Mediterránea y coordinador del informe– afirmó que “los acuerdos vigentes (ronda Uruguay) son muy blandos, por eso entre 1998 y 1999 los subsidios de los países ricos continuaron aumentando. El tema ahora está en manos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que tras el fracaso de la Ronda del Milenio en Seattle, ni siquiera tiene fecha fija para tratarlo”.

Un trabajo de la Fundación Mediterránea para la Copal (Coordinadora de Industrias de Productos de la Alimentación) pone en cifras por primera vez (la mayor parte de los datos que se manejaban hasta ahora es estimada) cuál es el perjuicio económico concreto para el país por el proteccionismo del Primer Mundo en materia de productos agrícolas.

Según el informe, la eliminación de todas las trabas al comercio internacional supondría para la Argentina un crecimiento del PBI de US$ 10.000 millones ( 3,5%, es decir, un punto y medio más que lo que el país crecerá este año según las últimas proyecciones del Gobierno). Las exportaciones podrían aumentar 25% anual le permitiría a la Argentina saldar el déficit fiscal que prevé para el año 2000. Además, por la misma cantidad de productos se obtendría 13% más de dinero y se crearían unos 50.000 puestos de trabajo al año.

Los grandes mercados–como la UE, Estados Unidos o Japón– ponen trabas e impedimentos a cualquier tipo de medida de protección de la industria local que puedan desarrollar otros países, pero no tienen en cuenta las consecuencias devastadoras que poseen las políticas proteccionistas que ellos mantienen hacia sus industrias.

Los productos que la UE y Japón someten a aranceles más elevados son azúcar y artículos de confitería, cárnicos, lácteos y huevos, cereales y bebidas, rubros que representan casi 30% de las exportaciones de materias primas y manufacturas de origen agropecuario (MOA) argentinas y 17% de las exportaciones totales.

En los últimos años el país llevó esta queja ante las naciones desarrolladas, pero las perspectivas de que los reclamos hallen eco no son demasiado alentadoras. Gabriel Casaburi–economista de la Mediterránea y coordinador del informe– afirmó que “los acuerdos vigentes (ronda Uruguay) son muy blandos, por eso entre 1998 y 1999 los subsidios de los países ricos continuaron aumentando. El tema ahora está en manos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), que tras el fracaso de la Ronda del Milenio en Seattle, ni siquiera tiene fecha fija para tratarlo”.

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