En octubre 2020 el Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) cayó 7,4% i.a., acumulando una contracción de 11,3% i.a. en los primeros diez meses del año. En términos desestacionalizados, la mejora se mantuvo firme en el mes (+1,9%) alcanzando seis meses consecutivos de crecimiento luego del piso de la crisis. De todas maneras, explica el informe de la consultora Ecolatina, aún resta recuperar más de 5 p.p. respecto a los niveles pre-pandémicos.
En lo que respecta a los Servicios (-7,2% i.a., +0,1 p.p. respecto al mes anterior), los sectores más golpeados continuaron siendo los que mayores restricciones tuvieron para operar (Hoteles y restaurantes cayó -54,5% i.a. y Servicios comunitarios y personales -26,7% i.a.). Además, a pesar de las menores restricciones a la circulación (apertura de shoppings y restaurantes en determinadas partes del AMBA), el Comercio se contrajo -0,7% i.a. luego de haber mostrado una mejora interanual significativa en septiembre.
Por su parte, los Bienes exhibieron un impacto negativo algo menor (-5,0% i.a.). De todas maneras, aceleraron su caída en 2,8 p.p. respecto a septiembre, afectados por la incertidumbre cambiaria -la brecha llegó a superar el 100%-.
En los últimos dos meses del año la magnitud de la recuperación mensual sería menor a la observada entre mayo-octubre y tendería a estancarse, ya que el efecto de las menores restricciones sobre la oferta ya casi no jugará a favor.
Además, el impacto de la brecha cambiaria continuaría latente. En este sentido, podría incentivar a determinadas empresas a adelantar producción y compra de insumos, alentando una recomposición más rápida de las importaciones. A contramano, seguiría actuando como fuerte desaliento a las ventas al exterior, deteriorando el superávit comercial y poniendo un freno para una recuperación sostenida.
A su vez, la aceleración de la inflación -principalmente de alimentos- le pone un techo a la recuperación de los ingresos de las familias producto de subas salariales acotadas y lenta recomposición del empleo. Esto condiciona la mejora del consumo privado. Con estos números, esperamos que el 2020 cierre con una contracción superior al 10%, donde el PBI per cápita volvería a niveles del 2005.
El arrastre estadístico para 2021 supera los 3 p.p. lo que permitiría un incremento del PBI -recuperación- en el año electoral. De todas maneras, hay que tener en cuenta que el número final estará determinado en base a cómo evolucionen las presiones cambiarias y el impacto que tendrá el Covid-19.