El límite de déficit del gobierno federal de $ 222,3 mil millones para el primer trimestre, ha sido cumplido utilizando “contabilidad creativa”.
Para cuadrar los números frente a un exceso de gastos en subsidios por $ 155,8 mil millones, se computaron ganancias por “rentas de la propiedad” que alcanzaron a 144,0 mil millones, según advierte el ensayo de Jorge Vasconcelos y Mariano Devita, economistas del IERAL de la Fundación Mediterránea.
Estos desvíos repercuten en la dificultad para acumular saldo positivo en las compras netas de dólares en el mercado (al sector privado) por parte del Banco Central. En lo que va del año, las compras netas exhiben un rojo de US$ 12 millones, cuando en igual período de 2021 se había logrado un saldo positivo de US$ 2,6 mil millones.
Las complicaciones que pueden enfrentarse para el cumplimiento de las metas en trimestres subsiguientes, más allá de la “contabilidad creativa”, tienen que ver con conexiones entre las variables macroeconómicas que a menudo se olvidan o minimizan.
En el plano contable, la cuenta corriente positiva surge de exportaciones de bienes y servicios que superen a las importaciones. Pero, en términos económicos, ese superávit depende de que los ahorros totales domésticos se ubiquen por encima de la tasa de inversión. Aunque por “contabilidad creativa” se comunique un déficit fiscal dentro de las metas, si hay exceso de gasto público, menor ahorro y atraso cambiario, las consecuencias macroeconómicas no podrán evitarse.
La variación de los precios de exportación en marzo fue de 22,6 % interanual, mientras que para las importaciones el incremento fue 13,7 %, denotando que la mejora de los términos de intercambio que se inició hace doce meses todavía no ha sido afectada por las derivaciones de la guerra de Ucrania.
La política expansiva del gasto público, caso de marzo con un incremento nominal de 84,9 % interanual, es la que está neutralizando el efecto sobre las cuentas externas de esa mejora en los términos de intercambio, con un tipo de cambio que hoy es 14 % menos competitivo que un año atrás.
De todos modos, en el “día a día” del mercado cambiario hay una alteración en la estacionalidad de la liquidación de exportaciones del complejo agroindustrial y una temporal “puesta al día” del Banco Central con importadores.
Compensando estos factores, el aumento del déficit comercial energético de 2022 apenas se insinúa en las estadísticas del primer trimestre. A su vez, en el plano de los flujos financieros y de capitales del Balance de Pagos, se observa con nitidez el “antes y el después” de los cepos. En 2019, para un déficit de cuenta corriente del Balance de Pagos de US$ 3,7 mil millones, el rubro “Formación de Activos Externos” mostró un drenaje de divisas de US$ 23,5 mil millones, ítem que para 2022 se espera negativo también, pero por US$ 2,5 mil millones. Como contrapartida, en 2019 las Reservas (Brutas) se contrajeron en US$ 21,0 millones, mientras que para este año se proyecta un incremento del orden de los US$ 5,0 mil millones