lunes, 29 de diciembre de 2025

Europeos irritados ante el espionaje financiero norteamericano

El parlamento de la UE investigará transgresiones al secreto bancario cometidas por Washington. Como la Corte Suprema estadounidense respecto de Guantánamo, los legisladores no creen que esos extremos sean útiles en la lucha antiterrorista.

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Por de pronto, presionado por el reciente documento de la organización que ampara el secreto (“swift”, en la sigla inglesa), el gobierno belga ha abierto un sumario. Entretanto, el parlamento de la Unión Europea (Estrasburgo) examina varios informes. Medios británicos e italianoa señalam, de paso, que el tema preocupa también a Suiza, Liechtenstein y Luxemburgo, tres “paraísos” de cuentas anónimas y lavado de fondos.

En el caso de Bruselas, la clave del asunto reside en que la autoridad monetaria belga –por elevación, el Banco Central Europeo, BCE- no fuera informada sobre las acciones ilegales de la inteligencia norteamericana en el sistema financiero del pequeño país. Tampoco sus vecinos y la propia Eurozona parecían saber gran cosa.

Varios eurodiputados presentarán en las sesiones ordinarias de la semana próxima mociones para tratan el escándalo sobre tablas. La polémica entre el “New York times” y el presidente George W.Bush contribuyó a poner el tema en la mira parlamentaria, pese a la curiosa reticencia de varios gobiernos. Por ejemplo, Alemania, Francia, Holanda, Gran Bretaña, España o Polonia. “Alguien que, como Bush, es apercibido por su Corte Suprema por abusar del poder, no iba a trepidar en violar normas bancarias internacionales”, señalaba el “Journal de Génève”.

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Las indagaciones de swift tienen extraordinario peso en la comunidad financiera global, particularmente en las economías principales. La entidad reúne a más de 150 países. Además, tiene vasos comunicantes con el Banco de Ajustes Internacionales (Basilea, “banco central de bancos centrales”). Según el documento, Estados Unidos metió mano en un sistema que representa US$ 6 billones en transferencias diarias.

Por de pronto, presionado por el reciente documento de la organización que ampara el secreto (“swift”, en la sigla inglesa), el gobierno belga ha abierto un sumario. Entretanto, el parlamento de la Unión Europea (Estrasburgo) examina varios informes. Medios británicos e italianoa señalam, de paso, que el tema preocupa también a Suiza, Liechtenstein y Luxemburgo, tres “paraísos” de cuentas anónimas y lavado de fondos.

En el caso de Bruselas, la clave del asunto reside en que la autoridad monetaria belga –por elevación, el Banco Central Europeo, BCE- no fuera informada sobre las acciones ilegales de la inteligencia norteamericana en el sistema financiero del pequeño país. Tampoco sus vecinos y la propia Eurozona parecían saber gran cosa.

Varios eurodiputados presentarán en las sesiones ordinarias de la semana próxima mociones para tratan el escándalo sobre tablas. La polémica entre el “New York times” y el presidente George W.Bush contribuyó a poner el tema en la mira parlamentaria, pese a la curiosa reticencia de varios gobiernos. Por ejemplo, Alemania, Francia, Holanda, Gran Bretaña, España o Polonia. “Alguien que, como Bush, es apercibido por su Corte Suprema por abusar del poder, no iba a trepidar en violar normas bancarias internacionales”, señalaba el “Journal de Génève”.

Las indagaciones de swift tienen extraordinario peso en la comunidad financiera global, particularmente en las economías principales. La entidad reúne a más de 150 países. Además, tiene vasos comunicantes con el Banco de Ajustes Internacionales (Basilea, “banco central de bancos centrales”). Según el documento, Estados Unidos metió mano en un sistema que representa US$ 6 billones en transferencias diarias.

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