domingo, 22 de diciembre de 2024

Europa en riesgo por la debilidad de Merkel

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Fracasó el intento de armar un gobierno de coalición con el retiro del FDP, los Demócratas Libres Liberales.

Hace dos meses era la abanderada del mundo libre y quien había asumido el liderazgo de Occidente, tras la retirada y el aislacionismo del gobierno de Donald Trump. Era el cemento que cohesionaba a Europa, mantenía unida a la Unión Europea, y la única que podía impulsar un proceso de reformas, tanto en su país como en todo el continente.

Pero como decía aquel ex primer ministro británico, Harold Wilson, “en política una semana es el largo plazo”.

En septiembre hubo elecciones generales parlamentarias. Por cuarta vez ganó la Primer Ministro, pero no alcanzó para tener comodidad en el armado del nuevo periodo de gobierno (el cuarto, por cierto).

Tuvo 33% de los votos su partido de la Unión Cristiana Democrática, y el resto de los sufragios con alta dispersión. Su rival más importante, el SPD, los social demócratas (con los que alguna vez hubo coalición) tuvo un distante segundo puesto. Mientras que los Verdes, el FDP y también Alternativa para Alemania (ultra derecha) dispersaron el resto de los votos.

Lo que se pensó de inmediato fue una coalición con los Verdes y con el FDP, lo que daría una mayoría exigida e inestable, pero que podría durar por las excepcionales dotes negociadoras de la Primer Ministro.

Pero no fue posible. El FDP tiene miedo a perder su identidad en esta coalición. Ahora quedan dos caminos. Uno, que finalmente se logre un acuerdo con otros partidos –nada fácil ahora- para gobernar otro periodo. El otro, convocar otra vez a elecciones generales. Angela Merkel ha desechado la segunda vía, y pretende insistir con la primera. Lo que aumenta la atmósfera de inestabilidad.

En momentos especialmente difíciles. El fracaso en armar gobierno preocupa sobremanera en toda Europa. Temas centrales como las relaciones con Rusia, los refugiados, la fortaleza del euro, y las reformas que necesita la UE, se encuentran ahora en manos de una líder con poder amenazado.

Tal vez quien más lo sufra sea Emanuel Macron, el Presidente de Francia. Su ambicioso programa de reformas al bloque tenía viabilidad con el apoyo de la locomotora alemana. Sin ese respaldo, puede convertirse en letra muerta.

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