“Ésta es una crisis estructural, no sólo financiera, en la economías centrales, que afecta a todo el mundo”, sostuvo el presidente Nicolas Sarkozy. El programa, en realidad modificación del planteado en noviembre ante la reticente Alemania, se apoya en tres patas “neokeinesianas”: obras públicas, construcción e industria automotriz.
El caso argetino parece más sesgado en favor del sector financiero –lo cual puede ser un error-, la demanda del público (bienes durables más que artículos de consumo) y el sector privado, cuyo papel como estímulo crea dudas entre analistas sistémicos y neoclásicos En realidad, es un “paquete crediticio” por $ 13.200 millones aportado por el estado al sistema bancario.
El extremo minorista, esencialmente computación y electrodomésticos, representa 3.500 millones en préstamos individuales no superiores a los 5.000. Habrá 3.100 millones para automotores de bajo precio –una rareza en el país- y 650 millones para camiones y ulilitarios (no 4×4 caras).
Al sector rural, donde sí abundan las 4×4 costosas, se destinan $ 1.700 millones para prefinanciar exportaciones y capital operativo. En cuanto a la industria, habrá $ 1.250 millones para similares destinos. Finalmente, $ 3.000 millones irán a pequeñas y mediadas empresas, también para prefinanciar exportaciones y capital de trabajo. Algunas características del plan remiten a 1958 (Arturo Frondizi, pero sin el lado petrolero, hoy carente de empresa testigo) y Arturo Illia (1963). Por supuesto, el actual gobierno carece de tanta memoria: no así a Sarkozy, que menta a Jean-Baptiste Colbert.
Volviendo al gran mundo, la decisión del Banco Central Europea era esperada desde el lunes y sigue a la Reserva Federal, fin de noviembre. La rebaja de 75 puntos básicos (3,75 a 2,25% anual) es la mayor desde que existe la entidad (1999). Gran Bretaña y Suecia, aferradas al aislamiento, redujeron las suyas de 3 a 2% la primera y de 3,5 a 2%, la segunda, márgenes totalmente inéditos.
Cebados por la decisión del BCE (trasunta la creciente debilidad de Jean-Claude Trichet), banqueros y expertos privados se lanzan a por más. Algunos exigen que , para el segundo trimestre de 2009, el tipo básico del BCE ceda a 1% anual. Pero si las turbulencias y a volatilidad de los mercados especulativos no aflojan, quizá para entonces la RF llegue a una “tasa cero” estilo japonés . Pero vana ante un contexto recesivo y deflatorio peligrosamente cercano a la depresión, al menos en EE.UU. y la Eurozona.
“Ésta es una crisis estructural, no sólo financiera, en la economías centrales, que afecta a todo el mundo”, sostuvo el presidente Nicolas Sarkozy. El programa, en realidad modificación del planteado en noviembre ante la reticente Alemania, se apoya en tres patas “neokeinesianas”: obras públicas, construcción e industria automotriz.
<p>El caso argetino parece más sesgado en favor del sector financiero –lo cual puede ser un error-, la demanda del público (bienes durables más que artículos de consumo) y el sector privado, cuyo papel como estímulo crea dudas entre analistas sistémicos y neoclásicos En realidad, es un “paquete crediticio” por $ 13.200 millones aportado por el estado al sistema bancario.</p>
<p>El extremo minorista, esencialmente computación y electrodomésticos, representa 3.500 millones en préstamos individuales no superiores a los 5.000. Habrá 3.100 millones para automotores de bajo precio –una rareza en el país- y 650 millones para camiones y ulilitarios (no 4×4 caras).</p>
<p>Al sector rural, donde sí abundan las 4×4 costosas, se destinan $ 1.700 millones para prefinanciar exportaciones y capital operativo. En cuanto a la industria, habrá $ 1.250 millones para similares destinos. Finalmente, $ 3.000 millones irán a pequeñas y mediadas empresas, también para prefinanciar exportaciones y capital de trabajo. Algunas características del plan remiten a 1958 (Arturo Frondizi, pero sin el lado petrolero, hoy carente de empresa testigo) y Arturo Illia (1963). Por supuesto, el actual gobierno carece de tanta memoria: no así a Sarkozy, que menta a Jean-Baptiste Colbert.</p>
<p>Volviendo al gran mundo, la decisión del Banco Central Europea era esperada desde el lunes y sigue a la Reserva Federal, fin de noviembre. La rebaja de 75 puntos básicos (3,75 a 2,25% anual) es la mayor desde que existe la entidad (1999). Gran Bretaña y Suecia, aferradas al aislamiento, redujeron las suyas de 3 a 2% la primera y de 3,5 a 2%, la segunda, márgenes totalmente inéditos.</p>
<p>Cebados por la decisión del BCE (trasunta la creciente debilidad de Jean-Claude Trichet), banqueros y expertos privados se lanzan a por más. Algunos exigen que , para el segundo trimestre de 2009, el tipo básico del BCE ceda a 1% anual. Pero si las turbulencias y a volatilidad de los mercados especulativos no aflojan, quizá para entonces la RF llegue a una “tasa cero” estilo japonés . Pero vana ante un contexto recesivo y deflatorio peligrosamente cercano a la depresión, al menos en EE.UU. y la Eurozona.</p>
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