sábado, 4 de enero de 2025

Estalló un brote de violencia en Siria

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Manifestantes les prendieron fuego a la sede del partido Ba’ath (socialista) y varios edificios de gobierno en la ciudad de Dara’a, sur del país. Este lunes volvían a chocar con la policía por cuarto día. Hubo un par de muertos y docenas de heridos.

<p>No obstante, el presidente vitalicio Bashar al-Assad, hizo algunos gestos conciliatorios para calmar la ira p&uacute;blica. Vale decir, intentaba frenar la misma ola de violencia que azota un pa&iacute;s &aacute;rabe tras otro. En particular, extremos tan sangrientos como la guerra civil libia &ndash;degenerada en internacional- o los brotes en Bahrein y Yemen.<br />
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Siria es un estado policial c&eacute;lebre por la represi&oacute;n brutal a cualquier protesta callejera. Pero, por otro lado, tiene fronteras con Israel y, ya la semana pasada, hubo problemas en varios centros urbanos. En el reciente caso de Dara&rsquo;a, la gente se sinti&oacute; manoseada cuando las autoridades detuvieron a alumnos primarios y secundarios.<br />
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En forma inopinada, trat&aacute;ndose del dictador hereditario, al-Assad present&oacute; condolencias a los deudos por intermedio del vicecanciller Feisal Mekdad y el ministro de asuntos municipales, Tamer al-Hadyeh. No obstante, los sirios permanec&iacute;an alrededor de la mezquita Omar&iacute;, en Dara&rsquo;a, coreando demandas. <br />
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Entre ellas, la libertad de presos pol&iacute;ticos, el procesamiento de quienes mataron o malhirieron personas o los enviaron al hospital y la abolici&oacute;n del estado de sitio (lleva 48 a&ntilde;os, todo un r&eacute;cord aun para pa&iacute;ses &aacute;rabes). <br />
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Tambi&eacute;n exigen m&aacute;s libertades civiles y el fin de la corrupci&oacute;n sist&eacute;mica, rasgo de la familia Assad. <br />
Mientras un grupo de prominentes ciudadanos de Dara&rsquo;a (sudoeste de Siria, cerca de Jordania) parlamentaba con los ministros enviados por Damasco, las calles eran un pandemonio. La polic&iacute;a agravaba el clima y enfurec&iacute;a a la gente, que comenz&oacute; a arrancar los ubicuos carteles con la efigie presidencial. A diferencia de jornadas anteriores, los uniformados no portaban armas de fuego. <br />
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En esta ocasi&oacute;n, los manifestantes rompieron vallas de seguridad e irrumpieron nuevamente en las oficinas locales del partido &uacute;nico. Adem&aacute;s, quemaron los tribunales comunales y una sucursal de SiriaTel, la telef&oacute;nica propiedad de Ram&iacute; Majluf, primo del presidente. <br />
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