Esta semana Robert Rubin (ex secretario del tesoro norteamericano), Peter Orszag (ex jefe de la Oficina de Presupuesto) y Joseph Stiglitz (economista ganador del Premio Nobel) hicieron un llamado a los economistas para que adopten “enormes cantidades de humildad” cuando proyectan el futuro.
También instaron a los políticos a que respondan a esta admisión de incertidumbre y remodelen sus procesos fiscales para incorporar la idea de una “arquitectura fiscal discrecional y semi autónoma” sobre la base de “estabilizadores automáticos”.
Esto se refiere a la idea de que algunos programas fiscales deberían ajustarse automáticamente cuando las condiciones cambian inesperadamente, o sea, cuando fallan los pronósticos de los economistas. Esto difiere del actual sistema de Washington, donde los presupuestos se fijan anualmente siguiendo las mismas proyecciones e interminables disputas políticas.
“Si podemos orientar en forma automática el presupuesto a los que está ocurriendo en la realidad podríamos tener mejores resultados”, dijo Orszag durante un debate en l Aspen Institute .