<p>En Bruselas se encontraron el citado Borg, Christine Lagarde (Francia), Peer Steinbrück (Alemania), Giulio Tremonti (Italia), Elena Salgado (España), Bouter Bos (Holanda) y Jean-Claude Juncker (Luxemburgo). Al respecto, hay una contradicción: faltan economías más chicas de la zona (Portugal, Irlanda, Grecia, Dinamarca, Eslovenia, Austria, Bélgica, etc.), pero figura Suecia, que no adhiere al euro.<br />
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En 2008, la caída de Bear Stearns y Lehman Brothers “provocó una crisis financiera sin precedentes. De la noche a la mañana, debimos poner en discusión convicciones arraigadas sobre la estabilidad de nuestras instituciones”. Así arranca el documento final subscripto por siete ministros de economía o hacienda (Ecofin), con vistas a la reunión del grupo de los 20 (24 y 25 de este mes).<br />
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“Ahora conocemos las causas. Si bien originada en el derrumbe inmobiliario norteamericano, la crisis sistémica se debe al abuso de instrumentos derivativos, la falta de una gestión de riesgos adecuada y de límites a operadores codiciosos, por demás remunerados”. Estos factores explican tantos rescates apelando a dinero del contribuyente, por ejemplo en Estados Unidos, Gran Bretaña, Islandia, Irlanda, Estonia y Letonia.<br />
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“Hemos aportado un total mundial superior a cinco billones de dólares, según calcula el Fondo Monetario Internacional”. A criterio del Ecofin, “hubo una cooperación global sin precedentes, que distingue esta crisis de la sufrida en los años 30. En abril, el G-20 (85% del producto bruto mundial) se juntó en Londres para definir futuras reglas sobre mayor transparencia e imponer conductas responsables a los actores y sus intereses creados”, apunta el documento de Bruselas.<br />
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Hoy “el fin de las turbulencia parece cerca, pero es demasiado temprano para cantar victoria”. Por eso mismo, “ha de evitarse que ciertos especuladores financieros persistan en sus malas costumbres. Muchos banqueros, salvados con fondos públicos, parecen creer que los buenos resultados contables del primer semestre les permiten proseguir con sus comportamientos previos a la crisis”.<br />
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Esas actitudes, subraya el documento, “son peligrosas, incorrectas e inaceptables. Resultan una provocación social mientras el desempleo no cede en las principales economías”. Irónicamente, entre quienes firman figuran Luxemburgo, “off shore” regional, y Holanda, adalid del negocio bancario puro.<br />
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Por tanto, el Ecofin solicita al G-20 aplicar las recomendaciones de Londres y, ahora en Pittsburgh, “definir severos parámetros para la remuneración de operadores financieros privados”. O sea, los bonos no podrán garantirse por más de un año o un ejercicio contable. Además, deberán reflejar los resultados netos de cada entidad. “Continuando los esfuerzos iniciados el 2 de abril –termina el documento- es preciso encarar los paraísos fiscales extraterritoriales y poner fin a la cultura de las bonificaciones”. <br />
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Era hora: el Ecofin afronta derivados y pagos abusivos
Encabezado por el presidente de turno, el sueco Anders Borg, los principales ministros de hacienda de la Eurozona piden al G-20 normas severas contra excesos. Pero Luxemburgo y Holanda se muestran tan reticentes como, desde fuera, Gran Bretaña.