En Nigeria, la religión incide en la guerra civil
En pocos días han perecido unas cien personas por choques entre musulmanes, cristianos y practicantes de ritos locales. Parece un calco de Sudán, en un territorio más chico (930.00 km2), con 160 millones de habitantes y una guerra étnica que data de 1967.
<p>Todo empezó con la guerra de Biafra, quinto sudoriental de un país, mayor exportador petrolero del continente, encorsetado entre límites fijados en 1879 por británicos, franceses y después alemanes. Un siglo más tarde, el intento de secesión en aquella zona llevó a una guerra étnica que duró hasta 1975.<br />
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Con apoyo de Londres, París y la ONU, el conflicto acabó con 2.500.000 muertos y la derrota de los igbo (cristianos). Además, dio origen a la dictadura hausa, controlada por los musulmanes de los dos tercios septentrionales. Desde los años 80, se impuso un régimen notoriamente corrupto, apoyado por petroleras occidentales, Washington y Londres. <br />
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Al principio, las periódicas escaramuzas siguieron siendo entre etnias hausa, igbo y yoruba. Pero, ya en los años 90, arreciaba una guerra civil cifrada en el manejo de los hidrocarburos, donde además operan hoy grupos guerrilleros. Si bien los islámicos del norte no dejan de participar, el centro del conflicto multilateral es el enorme delta del Níger. Actúan allí separatistas igbo, guerrillas yoruba, terroristas profesionales y hasta piratas de ultramar.<br />
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Las diferencias religiosas distan de haberse zanjado. Por el contrario, se intensifican en el norte musulmán, donde militares y ulema imponen la ortodoxa shari’á como nunca antes. Al sur, siguen primando factores asociados al negocio petrolero. Pero la presencia de al-Qa’eda introduce componentes políticos con ramificaciones en Sudán por intermedio de Darfur y Chad.<br />
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El actual cuadro muestra a los hausa polarizados e incluye ingredientes de violencia fundamentalista (como en Egipto), en tanto los cristianos birom –centro de Nigeria- controlan el gobierno federal de Abudja. Desde su reducto, han lanzado este fin de semana comandos juveniles para incendiar mezquitas, en represalia por los sangrientos ataques a iglesias y aldeas perpetrados en navidad.</p>
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