En Europa, lento avance de la recapitalización
Sorteado el bloqueo, el fondo anticrisis arrancaría con 2.500 millones. El plan de la Unión Europea obliga a los controladores locales a impedir que los bancos paguen dividendos. Pero la deuda sigue amenazando a gobiernos y dirigencias políticas.
13 octubre, 2011
<p>En realidad, no debiera sorprender que la crisis europea de endeudamiento transatlántica y la recesión estadounidense pongan en peligro la gobernabilidad. En particular, porque desnuda la pobre calidad de las cúpulas políticas y la ausencia de recambios.</p>
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<p>El caso norteamericano parece menos crítico: si Barack Obama se queda sin reelección, viene un republicano y listo o. quizás, otro demócrata. Pero ese republicano bien podría ser Richard Perry, gobernador texano y jefe virtual del <em>Tea Party</em>. Este político advirtió ya que podría ocupar el norte de México para neutralizar la migración ilegal y el narcotráfico. Su rival interno, Mitt Romney, suena menos apocalíptico.<br />
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Perry sería una especie de general John Pershing pero ¿quién haría de Pancho Villa?. Dicho de otro modo, una recesión irrefrenable dejaría maltrecho el sistema político vía colapso del bipartidismo. Semejante horizonte recuerda <em>"It can’t happen here"</em>, novela (1935) donde Sinclair Lewis anticipaba una especie de<em> Tea Party</em> que acaba copando EE.UU.<br />
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Aun sin tales extremos, Europa occidental ofrece una gama de gobiernos camino de perder elecciones. O, como muestra el dúo Vladimir Putin-Dmitri Medvediev, turnándose en la presidencia hasta 2024 o después. El proceso ya ha empezado. Su primera baja fue el centroizquierdista irlandés Brian Cowen, responsable por no haber evitado los desmedidos desatinos cometidos por bancos e inmobiliarias codiciosas. El producto bruto interno cayó 3% en 2008, 7,1% en 2009 y 0,6% en 2010. <br />
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Dublin eludió el cese de pagos merced a un rescate de € 85.000 millones aportados por el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Este año, los votantes prefirieron a Enda Kenny, del centroderecha.<br />
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Después vino Portugal, donde se desplomó el socialista José Sócrates mientras el PBI se licuaba 3,3% en 2009 y 2,6% en 2010. Este salvamento costó € 78.000 millones e hizo ascender al centroderecha de Pedro Passos Coelho.<br />
La vecina España sabe que José Luis Rodríguez Zapatero prepara una renuncia anticipada para luego de los comicios legislativos (20 de noviembre). Pero su eventual sucesor, el neofranquista Mariano Rajoy, no tiene aún un programa coherente. Para la gente y los indignados, será más de lo mismo. En tanto, el desempleo tocaba otro récord (20,7% de la población activa) en septiembre. Mucho más al norte, el británico David Cameron se vió hace dos meses ante una violencia urbana sin precedentes.<br />
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En medio de todo eso y con Grecia como banco de ensayos, cobran fuerza partidos o grupos de extrema derecha por el momento minoritarios. Salvo en Francia, cuna del antijudaísmo y Action Française. Amén del separatismo padano del lombardo Umberto Bossi, actúa en Italia el movimiento Cinque Stelle, liderado por un cómico, Beppe Grillo, cuyo lema es “politici, vaffanculo”.<br />
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Economías tan prósperas como Finlandia, Suecia, Dinamarca, Holanda , Bélgica o Austria (cuna de Adolf Hitler) tienen partidos neofascistas. En un caso, Hungría, funcionan campamentos militares neonazis donde se habla de limpieza étnica al estilo serbio. <br />
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En medio de estas complicaciones, surge la recapitalización propuesta por José Manuel Durão Barroso a la Comisión Europea. Tiene un rasgo inquietante: debe basarse esencialmente en “recursos privados y préstamos voluntarios”. Pero admite dos medidas de emergencia: apoyo gubernamental y Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF, que acumulará € 440.000 millones. Pero recién desde 2013.</p>
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