<p>Standard & Poor’s y Fitch Ratings acababan de degradar España (AAA a AA, AAA+ a AAA). Un día antes, S&P lo hizo con Portugal (A+ a A) y, el lunes, había rebajado Grecia a chatarra (BB+), en tanto Fitch marcaba BBB-). El silencio de Moody’s Investors Service le daba la razón a Dominique Strauss-Kahn: las calificadoras no determinan el sesgo de los mercados, sino que lo acompañan.<br />
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Por supuesto, la desordenada caída de títulos griegos, públicos y privados, se aceleraba ya en marzo y no les hacían falta los gurúes de las agencias ni sus voceros en los medios. Su papel fue cumplido con creces por Angela Merkel y, ahora, también por el primer ministro Yioryios Papandréu: “no podemos recortar nuevamente salarios ni jubilaciones. Ardería el país”, le advirtió al presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.<br />
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Un poco asustados, Merkel, Guido Westerwelle (ministro de relaciones exteriores) y Wolfgang Schäuble (hacienda) decidieron parlamentar con el FMI –vía el segundo de Strass-Kahn- y el BCE. <br />
Pero ya no se trata del paquete de € 45.000 millones en préstamos bilaterales (20% a cargo de Alemania), sino de 100/120.000 millones que incluyen un crédito contingente. Es probable que participe China (la economía del mundo más líquida en dólares), y también Estados Unidos y Japón.<br />
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Los plazos claves no ha cambiado: el 9 de mayo hay elecciones en Renania norte-Westfalia, el 19 vencen bonos por alrededor de unos € 9.000 millones. Si Grecia no cumple, entrará en cese de pagos. Eso presupone cinco años de negociaciones para reestructurar pasivos por diez veces el monto total más punitorios. Nuevamente, el problema se complicará debido a la exposición de los principales acreedores: alemanes (€ 34.250 millones a diciembre), franceses (57.000 millones) e italianos (5.300 millones). En este cuadro, las “prestigiosas” agencias calificadoras son inútiles, como lo fueron durante las crisis sistémicas de 1997/8 y 2006/9 o el episodio argentino de 2000/02, secuelas inclusive.</p>
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En el FMI; no creemos mucho en las calificadoras
En realidad, el miércoles varios mercados cerraron levemente para arriba, tras malas aperturas, porque el director gerente del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, dijo lo obvio: esas agencias no influyen en las bolsas, sino al revés. El rey está desnudo.