Todos los pronósticos aseguraban un vuelco importante hacia la derecha en las elecciones para formar un nuevo gobierno. Y las predicciones se confirmaron. El tradicional y conservador partido del Pueblo, consiguió casi 32% de los sufragios emitidos. Entre tanto, el ultraderechista Partido de la Libertad parece encaminarse a lograr el segundo puesto, aunque se lo disputa el centrista partido Social Demócrata, también con 26% de votos en el primer recuento.
Los resultados ofrecen dos incógnitas. Una es sobre cómo se integrará la coalición que formará gobierno. La otra es sobre la naturaleza del liderazgo del futuro primer ministro (Canciller, como se denomina el cargo de jefe de gobierno).
El partido neonazi aspira a formar parte del gobierno liderado por el tradicional partido Conservador. El problema es que éste tendrá que aceptar condiciones comprometidas en cuanto a futuros cursos de acción. Por ejemplo, sobre materias esenciales para el futuro de la Unión Europea, en especial la política en materia de inmigración. También reclamará posiciones clave en el nuevo gobierno, como el ministerio de Relaciones Exteriores y el de Interior.
Algo difícil de digerir para el líder del partido Conservador y futuro Canciller de Austria.
Los analistas sugieren que tal vez sea más simple y conveniente la alianza con los social demócratas, ya que ambos partido se conocen desde hace rato. Sin embargo, esa convivencia es la que ha radicalizado a buena parte del electorado que pretende un desempate de una vez por todas.
En todo caso, el ascenso del partido Conservador revela un quiebre con el pasado, ya que durante décadas tuvo preeminencia el partido Social Demócrata que terminaba primero en las consultas populares.
En todo caso no se puede ignorar que la agrupación neonazi hizo su mejor elección en casi dos décadas, y refuerza el papel de las agrupaciones de ultra derecha en toda Europa, como el frente de Marine Le Pen en Francia, o el partido Alternativa para Alemania (consiguió 11% de los votos en las recientes elecciones) y sentará, por primera vez desde 1945, a diputados nazis en el Bundestag.
Lo que también se seguirá con atención será la gestión del futuro Canciller, Sebastián Kurz, un dirigente de 31 años, encumbrado al poder y convertido en el dirigente nacional más joven de toda Europa. Ha desplazado a Emmanuel Macron, el presidente francés, quien con 39 años era hasta ahora el más joven en el continente.
