Ganó Alexander van der Bellen, de inclinación hacia la izquierda, dando a Europa una señal de que no todos los países le están dando la espalda a la racionalidad. De todas maneras, esta afirmación debe tomarse con pinzas: 46% de los votos fueron para un hombre cuyo partido fue fundado en parte por nazis antisemitas y anti musulmanes. La sola idea de que estuviera tan cerca de ganar da pie a la preocupación. Van der Bellen sacó 53,5 % y Mr Hofer sacó 46,4%.
En su página de Facebook, Hofer dijo estar “infinitamente triste”. El candidato de la anti inmigración esperaba convertirse en el primer jefe de estado europeo de ultraderecha desde Adolf Hitler.
“Hoy no es una exageración decir que vemos una bandera roja blanca y roja (la bandera de Austria) como una señal de esperanza y de cambio. Una señal roja blanca y roja desde Austria para todas las capitales de la Unión europea, dijo Van der Bellen, en Vienna.
El resultado termina con una dura pelea por la elección presidencial que amenazaba con dar otro golpe al consenso liberal europeo que viene predominando desde que finalizó la Segunda Guerra Mundial.