Pasarán años antes de que se logre entender qué es lo que acaba de pasar en Gran Bretaña. David Cameron tratará de comprenderlo mientras saborea la reivindicación electoral y por lo menos unos años más como primer ministro. El Financial Times resume así el contexto: Escocia se ha convertido en un monopolio nacionalista, los liberaldemócratas perdieron casi cuatro quintos de los parlamentarios, los miembros del gabinete fueron derrotados inexorablemente y sin embargo ninguno de esos acontecimientos fue lo que más sorprendió en estas elecciones generales. Ese trofeo le corresponde al horroroso espectáculo que dio el Partido Laborista, con la peor derrota desde 1987.
Shock en el laborismo. Ed Miliband, jefe del opositor partido laborista renunció el mismo jueves cuando los resultados mostraron que su partido, prácticamente defenestrado, había perdido la mayoría de las bancas, casi todas las de los parlamentarios escoceses.
Una de las víctimas más notorias de esta derrota fue el MP (Miembro del Parlamento) Douglas Alexander, Ministro de Relaciones Exteriores en la sombra, quien fue derrotado por una estudiante universitaria de 20 años llamada Mhairi Black. Esa derrota es la demostración de un cambio sísmico en la política escocesa, que consiguió 58 bancas de un total de 59.
El 25 de abril, en plena campaña electoral, David Cameron fue explícito sobre sus planes para la economía, el tema en el corazón mismo de las elecciones. Sus prioridades para los primeros 100 días son:
Sacar una ley para reducir los impuestos a toda la población y asegurarse de que los que menos ganan no paguen impuesto a las ganancias.
Redactar un proyecto de ley para crear 3 millones más de empleos con la creación de talleres de formación de aprendices, para que la gente no viva de subsidios pagados por el resto de la población.
Una ley para fomentar el desarrollo de empresas y convertir a Gran Bretaña en el mejor lugar de Europa para hacer negocios en el año 2020.
Una ley para mejorar las escuelas, con medidas drásticas que aseguren que los jóvenes terminen con las habilidades que necesitan.
Una ley para duplicar el número de guarderías gratuitas para padres que trabajan.ec
Una ley para extender el derecho a la compra de una primera casa y dar a miles de familias una vivienda propia.
Esas fueron sus promesas.
La economía británica está mucho más sana que en 2009. Con bajo desempleo (de 8,5% en 2011 a 5,6% hoy) y la economía creciendo, hay muchas razones para el optimismo. Pero la recuperación no estará completa hasta que las tasas de interés estén bien alejadas del cero. Seguramente el Banco de Inglaterra no las tocará hasta que no lo haga la Reserva Federal de Estados Unidos. Y sin crecimiento de la productividad la economía podería chocarse contra una pared.