La pregunta que está en el aire es si las próximas elecciones podrían deshacer el Brexit, o sea, volver a formar parte de la Unión Europea. Esto parece poco probable porque los dos partidos mayoritarios han dicho públicamente que respetarán el resultado del referendo.
Los liberales y el Partido Verde vienen reclamando un segundo referéndum. Para que eso sea posible alguno de los dos partidos debería ganar o formar gobierno. El laborismo ha dicho que quiere un tipo diferente de Brexit del que proponen los Conservadores, uno menos duro.
Pero en las encuestas los conservadores llevan 21 puntos de ventaja al laborismo, de modo que lo más probable es que ganen.
Aunque la Primer Ministro Theresa May ha iniciado ya técnicamente el proceso de separación según los términos del artículo 50, las conversaciones no van a comenzar hasta después de las elecciones en Alemania, que son en septiembre.
Si el partido conservador gana las elecciones, indudablemente Theresa May saldrá fortalecida. Hoy no tiene mandato electoral y sus críticos la acusan de tener una visión del Brexit que no coincide con la que se vendió en el referendo sobre la Unión Europea. Hace algunos días el Partido Socialdemócrata alemán sugirió que Gran Bretaña debería llamar a un segundo referendo para ver si el pueblo está de acuerdo con la visión de la Primer Ministro.
Al llamar a elecciones luego de especificar su visión del Brexit la Primera Ministro podría argumentar que la gente respalda no sólo su liderazgo sino también lo que ha dicho del Brexit hasta ahora.
Si los conservadores ganan las elecciones, van a conseguir una mayoría más grande que la que tienen ahora en la Cámara de los Comunes y eso le facilitaría al gobierno la aprobación de las leyes que envíe al parlamento
