<p> Tres factores contribuyeron a reducir inventarios: estímulos económicos o fiscales en varios países relevantes, desgravaciones en Estados Unidos y creciente demanda internacional de sus bienes. <br />
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Esa combinación de incentivos probablemente eleve la producción durante el semestre que se inicia. Concomitantes aumentos en horas trabajadas y empleo nuevo quizá fomenten mayor gasto del público, rubro que representa 70% del producto bruto interno. <br />
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Por ende, la industria parece encarar una recuperación sostenida. Se reconstruyen existencias y las exportaciones se activan. Especialmente hacia el este y el sudeste asiático, cuyas perspectivas son firmes gracias a un dólar débil.<br />
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Varios analistas de Bloomberg proyectaban para el índice ISM un descenso de 56,1 puntos en noviembre a 55,1 en diciembre. Como siempre, se equivocaban. En otro plano, la estimación de empleo en Chicago llegaba a 51,2 puntos, pico desde noviembre de 2007; es decir, justo antes de desatarse la mayor recesión en 75 años.<br />
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Entretanto, la economía estadounidense crecía a razón de 2,2% anual en el tercer trimestre de 2009, tras sufrir la concentración más acentuada desde 1933/7. Esto, según el departamento federal de comercio. Las exportaciones han ido avanzando durante seis meses hasta octubre y, ya en noviembre, un 13% de retroceso del dólar (5 de marzo a 4 de enero) abarataba precios de bienes y servicios norteamericanos.<br />
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El sector privado creció a ritmo inédito en EE.UU.
El Institute for Supply Management, (ISM), Chicago, revela que su barómetro de negocios subió a 60 puntos, por encima de los mejores pronósticos. Es el máximo guarismo desde enero de 2006. En esta escala, toda cifra sobre 49,9 trasunta expansión.