<p>Al espectro de la recesión parte 2, o efecto W, se suman nuevos problemas de la gran banca privada. En particular, peligran las filiales en Estados Unidos-Canadá de entidades europeas. En realidad, esto implica crecientes dificultades de acceso al mercado interbancario en ambas orillas del Atlántico norte.<br />
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Al involucrar trabas a los flujos de liquidez cortoplacista, el fenómeno norteamericano rebotaba en la Unión Europea. Eso explica las abruptas caídas bursátiles en Milán (6,15%), Francfort (5,82%), París (5,48%), Londres (4,49%), Madrid (4,7%) o el Dow Jones (3,68%). El viernes, al cerrar las plazas orientales, el panorama no mejoraba gran cosa.<br />
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Lógicamente, los títulos bancarios están soportando el peor castigo. Especialmente, los de Société Générale (-12,3%), Crédit Agricole (-7,9%), Commerzbank (-10,4%), Barclay’s (-11,5%), Intesa-SanPaolo (-9,3%), Banco Popolare (-7,7%), etc.<br />
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Cabe recordar que, en medio del desbande, la banca inversora Morgan Stanley resolvió disminuir sus proyecciones sobre crecimiento del producto bruto mundial (PBM). Para este mismo año, la cifra baja de 4,2 a 3,9% y de 4,5 a 3,8% para 2012. <br />
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En cuanto a la Eurozona, estadísticas propias indican que el PB regional (PBR) (Eurostat) crecerá este año no ya 2% sino apenas 1,7%. En 2012, lo hará no a 1,2% sino sólo 0,5%. En resumen, con la mayoría de productos básicos también en repliegue –excepto los metales preciosos, raros y críticos-, el horizonte oscila entre recesivo o francamente depresivo. <br />
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Basta un síntoma: en el piso de 1,98%, el rinde de letras de tesorería vuelve a 1938/40. A ese mercado lo rescató Pearl Harbor, pero hoy no se divisan cazas japoneses.</p>
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El miedo ha quemado 300.000 millones
En EE.UU. el jueves y Asia oriental el viernes, se añadían unos US$ 250.000 millones ( 175.000 millones). Pero no ha sido la peor jornada de agosto, salvo en Tokio (8943,8 en el Nikkei). Eso sí, el oro marcaba picos de US$ 1.825 a 1.843 la onza.