(EFE).- El Grupo Mercado Común del Mercosur culminó hoy (sábado 30) en Brasilia una reunión de dos días que evaluó con gran optimismo sus relaciones exteriores, la soluciones para sus problemas internos y la consolidación de su actividad comercial.
Así lo destacaron los cuatro coordinadores nacionales de la unión aduanera formada por la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y que tiene a Chile y Bolivia en condición de asociados.
“No tenemos resoluciones para grandes titulares. Esta es la realidad y no deja de ser una cosa muy buena, porque hasta hace muy poco los titulares eran que el Mercosur no funciona. En cambio ahora vamos paulatinamente despejando los caminos y el Mercosur sí funciona”, recalcó el coordinador uruguayo, Elbo Rosselli.
El coordinador argentino, el vicecanciller Horacio Chighizola, destacó que el Mercosur avanza “a una velocidad razonable, limpiando problemas, y no a velocidad de Fórmula Uno”.
Su apreciación fue plenamente compartida por el representante paraguayo, Juan Buffa.
Su colega brasileño, José Botafogo, destacó la decisión de mantener bajo análisis del Grupo Mercado Común durante los próximos 30 días las pugnas por la comercialización de pollo antes de poner en marcha mecanismos de arbitraje.
Sobre la comercialización de azúcar, la otra gran cantera de disputas en el bloque regional, se decidió sacarla de la agenda ante “la imposibilidad de alcanzar un consenso” y dejarla en poder del grupo ad hoc que ya ha identificado coincidencias para resolver el asunto.
Estas van desde la necesidad de que, cualquiera que sea el plazo para la liberalización del producto, esté precedido de un período de transición cuyas características tendrán que ser definidas. También hay acogida para que el tratamiento que se dé al producto incluya preferencias y ventajas no previstas para terceras naciones.
Sobre las propuestas de fechas para llegar a esa liberalización, en un extremo se sitúa Brasil, que prevé liberar el comercio del azúcar en el 2001, mientras que la propuesta de Paraguay aboga lo mismo para el 2020. La Argentina apunta a una fecha intermedia y Uruguay no contempla plazos.
La cita también confirmó que el 23 y 24 de noviembre próximos se celebrará en Uruguay una reunión con la Comunidad Andina de Naciones (CAN) para avanzar en la negociación de un área de libre comercio y actuar en conjunto en la negociación para la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), propuesta por Estados Unidos.
La CAN está formada por Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela, en tanto que el Mercosur se ampliará a cinco con el ingreso de Chile, que solicitará formalmente su entrada en la cumbre presidencial de diciembre próximo en Florianópolis (Brasil).
Las negociaciones con Chile deben extenderse hasta mediados del 2002, aunque los miembros del Mercosur, cuyos aranceles son mayores, ya aceptaron que el país andino mantenga su política de rebaja unilateral desde un punto anual hasta llegar a 6% en el 2003.
Mientras los aranceles no coincidan, Chile mantendrá una política comercial propia para negociaciones autónomas con otros bloques y países, de lo cual tiene previsto informar en una nueva reunión con el Mercosur, el 12 y 13 de octubre próximos en Uruguay.
La reunión de Brasilia revisó las negociaciones del Mercosur con la Unión Europea (UE), que seguirán independientes de las que Chile lleva a cabo, así como las previstas con Sudáfrica, Asia, Centroamérica y México para profundizar la liberalización comercial.
También se resolvió que los cuatro países del Mercosur extiendan al sector financiero el intercambio de información para combatir el “blanqueo” de dinero del narcotráfico y de otros delitos.
La decisión se anticipa a una nueva cita del llamado Grupo de los Ocho (G-8), que la próxima semana reunirá en Madrid a las naciones más desarrolladas y que prevé adoptar medidas contra países y grupos desprovistos de mecanismos para combatir el lavado de dinero.
(EFE).- El Grupo Mercado Común del Mercosur culminó hoy (sábado 30) en Brasilia una reunión de dos días que evaluó con gran optimismo sus relaciones exteriores, la soluciones para sus problemas internos y la consolidación de su actividad comercial.
Así lo destacaron los cuatro coordinadores nacionales de la unión aduanera formada por la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, y que tiene a Chile y Bolivia en condición de asociados.
“No tenemos resoluciones para grandes titulares. Esta es la realidad y no deja de ser una cosa muy buena, porque hasta hace muy poco los titulares eran que el Mercosur no funciona. En cambio ahora vamos paulatinamente despejando los caminos y el Mercosur sí funciona”, recalcó el coordinador uruguayo, Elbo Rosselli.
El coordinador argentino, el vicecanciller Horacio Chighizola, destacó que el Mercosur avanza “a una velocidad razonable, limpiando problemas, y no a velocidad de Fórmula Uno”.
Su apreciación fue plenamente compartida por el representante paraguayo, Juan Buffa.
Su colega brasileño, José Botafogo, destacó la decisión de mantener bajo análisis del Grupo Mercado Común durante los próximos 30 días las pugnas por la comercialización de pollo antes de poner en marcha mecanismos de arbitraje.
Sobre la comercialización de azúcar, la otra gran cantera de disputas en el bloque regional, se decidió sacarla de la agenda ante “la imposibilidad de alcanzar un consenso” y dejarla en poder del grupo ad hoc que ya ha identificado coincidencias para resolver el asunto.
Estas van desde la necesidad de que, cualquiera que sea el plazo para la liberalización del producto, esté precedido de un período de transición cuyas características tendrán que ser definidas. También hay acogida para que el tratamiento que se dé al producto incluya preferencias y ventajas no previstas para terceras naciones.
Sobre las propuestas de fechas para llegar a esa liberalización, en un extremo se sitúa Brasil, que prevé liberar el comercio del azúcar en el 2001, mientras que la propuesta de Paraguay aboga lo mismo para el 2020. La Argentina apunta a una fecha intermedia y Uruguay no contempla plazos.
La cita también confirmó que el 23 y 24 de noviembre próximos se celebrará en Uruguay una reunión con la Comunidad Andina de Naciones (CAN) para avanzar en la negociación de un área de libre comercio y actuar en conjunto en la negociación para la creación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), propuesta por Estados Unidos.
La CAN está formada por Bolivia, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela, en tanto que el Mercosur se ampliará a cinco con el ingreso de Chile, que solicitará formalmente su entrada en la cumbre presidencial de diciembre próximo en Florianópolis (Brasil).
Las negociaciones con Chile deben extenderse hasta mediados del 2002, aunque los miembros del Mercosur, cuyos aranceles son mayores, ya aceptaron que el país andino mantenga su política de rebaja unilateral desde un punto anual hasta llegar a 6% en el 2003.
Mientras los aranceles no coincidan, Chile mantendrá una política comercial propia para negociaciones autónomas con otros bloques y países, de lo cual tiene previsto informar en una nueva reunión con el Mercosur, el 12 y 13 de octubre próximos en Uruguay.
La reunión de Brasilia revisó las negociaciones del Mercosur con la Unión Europea (UE), que seguirán independientes de las que Chile lleva a cabo, así como las previstas con Sudáfrica, Asia, Centroamérica y México para profundizar la liberalización comercial.
También se resolvió que los cuatro países del Mercosur extiendan al sector financiero el intercambio de información para combatir el “blanqueo” de dinero del narcotráfico y de otros delitos.
La decisión se anticipa a una nueva cita del llamado Grupo de los Ocho (G-8), que la próxima semana reunirá en Madrid a las naciones más desarrolladas y que prevé adoptar medidas contra países y grupos desprovistos de mecanismos para combatir el lavado de dinero.
