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<p>El mercado financiero ha impulsado en los últimos años una revolución en términos del alcance de las transacciones y profundidad de los contratos financieros. En esta línea, se insertaron las materias primas básicas que han pasado a ser un producto financiero más, ofrecido a los grandes fondos de inversión como un “refugio” en contextos de incertidumbre. Se asistió al incremento de la “profundidad financiera”, tanto en la decisión de consumo como de producción y distribución, insertando a los bancos y agencias de bolsa como intermediarios de la totalidad del proceso económico.</p>
<p>El alza de precios que se produce por efecto del volumen creciente de dólares dirigidos a posiciones en commodities, termina beneficiando a los países exportadores de alimentos como Argentina. Si bien existen fundamentos para que los alimentos registren alzas en sus precios, la introducción del mercado financiero como intermediario, determina que los fenómenos estructurales de mediano y largo plazo se vean reflejados en los precios con mayor rapidez. Al mismo tiempo, variables ajenas al negocio estrictamente agrícola, como la tasa de interés internacional, la cotización del euro o el “humor” del mercado, terminan moviendo los precios, introduciendo mayor volatilidad.</p>
<p>Resulta paradójico que un movimiento que tiene su origen en el crecimiento del negocio bancario en el mundo desarrollado, termine implicando mejores condiciones en el comercio internacional para países no desarrollados, típicamente exportadores de materias primas básicas. Aunque es pertinente aclarar que no todas son noticias positivas, ya que el alza de los commodities complica el acceso de los sectores más vulnerables a la alimentación.</p>
<p>Los términos de intercambio calculados por INDEC para nuestro país han evolucionado favorablemente en los últimos años, pasando a ubicarse actualmente un 15% por encima de lo verificado en 2006. Lo que exportamos tiende a valorizarse en tanto la cantidad de divisas que se obtienen en el mercado internacional permiten comprar más bienes importados, e incluso, cancelar deuda. La soja subió desde el 2006 a la actualidad un 75%, el trigo un 113% y el maíz 98%.</p>
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<p>Por el lado productivo, la producción agropecuaria cuenta ahora con la posibilidad de asegurarse precios futuros mediante los nuevos instrumentos financieros al mismo tiempo que la rentabilidad crece para el sector. El largo plazo promete precios aún más altos. Sin embargo, al haberse convertido el mercado de commodities en un mercado financiero más, si apareciera una nueva crisis internacional, el impacto en los precios sería aún más pronunciado que en el pasado.</p>
<p>Finalmente, resulta interesante destacar el alza evidenciada en agosto en términos del volumen de contratos “long” (comprar el producto a un precio superior en el futuro) verificada en Chicago a partir de la escasez de trigo en Rusia. Este fenómeno podría arrastrar al resto de los productos alimenticios básicos al alza, reabriendo la polémica en torno de los beneficios y perjuicios de alimentos más caros. Argentina beneficiada.</p>
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