El mar argentino no tiene defensa

Cientos de buques asiáticos siguen depredando el calamar a sólo 320 kilómetros de la costa argentina pero usan un sistema de luces para atraer la riqueza ictícola de nuestra plataforma.

16 febrero, 2001

Justo sobre el borde de la zona económica exclusiva argentina, más de un centenar de buques extranjeros, capturan todas las noches, miles de toneladas de calamar.

Ésta es la segunda especie en importancia comercial para la Argentina, cuyo negocio representa unos US$ 200 millones de dólares, y una riqueza ictícola excepcional en el mundo; pero 80% del calamar que se vende a nivel mundial proviene de nuestras aguas.

Ante este panorama, , el secretario de Agricultura señaló que “No tenemos jurisdicción fuera de las 200 millas, y aunque nos dé mucha bronca sólo podemos controlar que no ingresen”.

La semana última el director nacional de Pesca, Horacio Rieznik, calificó la acción de los buques pesqueros como “depredación a gran escala”.

Desde el punto de vista formal, los barcos tiene libertad para ubicarse en la milla 201 pero utilizan un sistema de potentes luces para atraer la riqueza ictícola que vive en las aguas continentales argentinas.

Cada uno de estos buques carga, durante los cinco meses de temporada (entre febrero y junio) unas 400 toneladas de calamar; según los datos de la Armada, hay más de 300 embarcaciones, lo que equivale a 120.000 toneladas de producto por un valor de US$ 72 millones que parten prácticamente de la Argentina sin pagar ningún canon y no ocupan mano de obra nacional.

La sobrepesca afecta biológicamente y pone en peligro la supervivencia de la especie en la región, además de privar de recursos económicos al país, explicó el contraalmirante y subsecretario de Intereses Marítimos de la Armada, Eduardo Rodríguez.

Otros países de América latina como Chile, Perú y Ecuador lograron extender su control más allá de las 200 millas marítimas; la Argentina todavía no lo ha hecho.

Justo sobre el borde de la zona económica exclusiva argentina, más de un centenar de buques extranjeros, capturan todas las noches, miles de toneladas de calamar.

Ésta es la segunda especie en importancia comercial para la Argentina, cuyo negocio representa unos US$ 200 millones de dólares, y una riqueza ictícola excepcional en el mundo; pero 80% del calamar que se vende a nivel mundial proviene de nuestras aguas.

Ante este panorama, , el secretario de Agricultura señaló que “No tenemos jurisdicción fuera de las 200 millas, y aunque nos dé mucha bronca sólo podemos controlar que no ingresen”.

La semana última el director nacional de Pesca, Horacio Rieznik, calificó la acción de los buques pesqueros como “depredación a gran escala”.

Desde el punto de vista formal, los barcos tiene libertad para ubicarse en la milla 201 pero utilizan un sistema de potentes luces para atraer la riqueza ictícola que vive en las aguas continentales argentinas.

Cada uno de estos buques carga, durante los cinco meses de temporada (entre febrero y junio) unas 400 toneladas de calamar; según los datos de la Armada, hay más de 300 embarcaciones, lo que equivale a 120.000 toneladas de producto por un valor de US$ 72 millones que parten prácticamente de la Argentina sin pagar ningún canon y no ocupan mano de obra nacional.

La sobrepesca afecta biológicamente y pone en peligro la supervivencia de la especie en la región, además de privar de recursos económicos al país, explicó el contraalmirante y subsecretario de Intereses Marítimos de la Armada, Eduardo Rodríguez.

Otros países de América latina como Chile, Perú y Ecuador lograron extender su control más allá de las 200 millas marítimas; la Argentina todavía no lo ha hecho.

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