El joven Sebastián Cabello, de 19 años, acusado de protagonizar un accidente de tránsito en el que murieron la veterinaria Celia Carman, de 39 años, y su hija Vanina, de 3, se negó a declarar ayer ante el juez en lo Correccional Luis Shegel y quedó detenido. El conductor del Honda Civic causó el accidente cuando corría una “picada” a más de 140 kilómetros por hora por la avenida Cantilo, en el barrio porteño de Núñez. Cabello fue trasladado pasadas las 21 a la Unidad Penal de Marcos Paz. Ahora, el magistrado tiene diez días para resolver si procesa o no al joven por homicidio culposo -y entonces lo deja en libertad- o por homicidio simple con “dolo eventual”. Mientras tanto, la Cámara de Senadores tiene pendiente de tratamiento el proyecto de reforma del Código Penal que hace casi dos años aprobó Diputados. La iniciativa preveía un aumento sustancial en las penas para los conductores que causen muertes por imprudencia en accidentes de tránsito. El proyecto podría ser tratado hoy por los legisladores.
(La Nación, La Prensa)
El joven Sebastián Cabello, de 19 años, acusado de protagonizar un accidente de tránsito en el que murieron la veterinaria Celia Carman, de 39 años, y su hija Vanina, de 3, se negó a declarar ayer ante el juez en lo Correccional Luis Shegel y quedó detenido. El conductor del Honda Civic causó el accidente cuando corría una “picada” a más de 140 kilómetros por hora por la avenida Cantilo, en el barrio porteño de Núñez. Cabello fue trasladado pasadas las 21 a la Unidad Penal de Marcos Paz. Ahora, el magistrado tiene diez días para resolver si procesa o no al joven por homicidio culposo -y entonces lo deja en libertad- o por homicidio simple con “dolo eventual”. Mientras tanto, la Cámara de Senadores tiene pendiente de tratamiento el proyecto de reforma del Código Penal que hace casi dos años aprobó Diputados. La iniciativa preveía un aumento sustancial en las penas para los conductores que causen muertes por imprudencia en accidentes de tránsito. El proyecto podría ser tratado hoy por los legisladores.
(La Nación, La Prensa)