<p>La violencia tomó esta semana la capital del país y la dictadura de la familia Assad, que lleva más de cuarenta años en el poder, comienza su fin, tras dieciséis meses de desatada la rebelión. Naciones Unidas estima que ya murieron más de 10.000 personas en el conflicto, la mayoría de ellas civiles asesinados por las fuerzas represivas del gobierno.<br />
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Mientras tanto, las fuerzas armadas tienen sitiada la ciudad de Homs y están atacando con helicópteros y morteros, informa un comando del opositor Comité Local de Coordinación. En esta ciudad, donde se concentraron en un principio las protestas, el gobierno produjo ya varias masacres de civiles y los bombardeos están arrasando la ciudad. Unos 300 observadores de Naciones Unidas están atrincherados en Damasco, debido a que la violencia se extiende por todo el país.<br />
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La muerte del ministro de Defensa es el golpe más duro sufrido por el Gobierno, desde que la semana pasada desertara el embajador sirio en Irak.<br />
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El triunfo de la oposición significa el triunfo de la alianza de países occidentales contra el bloque Rusia – China, que mantiene su incondicional apoyo a Bashar al-Assad. Rusia tiene en Siria una estación militar y China es el principal comprador de petróleo sirio.<br />
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A su vez, el gobierno sirio es apoyado por Irán, mientras que la oposición cuenta con el apoyo de Arabia Saudita y sus aliados. El gobierno sirio ganó un importante enemigo al derribar recientemente un avión turco.<br />
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El gobierno sirio ante la cuenta regresiva
En lo que aparenta ser un ataque suicida, murió hoy el ministro de Defensa sirio, Dawood Rajiha, tras una fuerte explosión cerca de casa de Gobierno. Ya van cuatro días de combate en Damasco.