sábado, 28 de diciembre de 2024

El gobierno de EE.UU. a punto de bajar la cortina

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Barack Obama se lanza por la reelección justo mientras Washington afronta un riesgo: el primer cierre administrativo desde mediados de los años 90. En la Casa Blanca, la obstinación republicana, o sea el Tea Party, trabó el presupuesto actual.

<p>En tanto &aacute;reas del congreso y el poder ejecutivo preparan planes de contingencias para eludir un cierre federal el 8 de abril, el presidente se juntaba con el diputado republicano John Boener &ndash;jefe de la mayor&iacute;a- y el senador dem&oacute;crata Henry Reid, su contracara. Fue un intento de &uacute;ltimo momento para acotar diferencias.<br />
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Obama se mete de lleno en la disputa, por primera vez. Fracasado el encuentro, pidi&oacute; a los l&iacute;deres parlamentarios &ldquo;comportarse como adultos, alcanzar un compromiso y dejar de perder tiempo en peleas sin sustancia&rdquo;.<br />
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En tren de aventar cr&iacute;ticas por mantenerse ausente de estas negociaciones, el mandatario sostuvo que buscar&aacute; sin descanso &ldquo;un acuerdo para evitar bajas la cortina en pocos meses&rdquo;. Semejante extremo &ndash;una obsesi&oacute;n para la ultraderecha- &ldquo;trastornar&aacute; la vida de la gente, desde veteranos de guerra hasta peque&ntilde;os y medianos empresarios que dependen del cr&eacute;dito p&uacute;blico&rdquo;.<br />
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El cierre por falta de un presupuesto nuevo quiz&aacute; no beneficie al Tea Party como confirma una vieja idea: el sistema pol&iacute;tico estadounidense no es capaz de zanjar diferencias sobre la pol&iacute;tica fiscal. Por otra parte, este rompimiento pone en peligro el ritmo de la recuperaci&oacute;n econ&oacute;mica en marcha.<br />
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Sin mencionar los efectos sociales, aunque varios sondeos indiquen que el pa&iacute;s est&aacute; dividido. En 1995, una maniobra de otro ultra, el diputado Newt Gingrich, bloque&oacute; el proyecto presupuestario de Bill Clinton. Pero la adversa reacci&oacute;n del p&uacute;blico llev&oacute; al segundo periodo electoral de &eacute;ste, en 1996. <br />
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Esta misma semana, los republicanos sugirieron un proyecto alternativo que parec&iacute;a dictado por el Pent&aacute;gono: aseguraba las partidas de defensa hasta terminar el ejercicio fiscal (30 de septiembre). Pero se dejar&iacute;a caer el resto el 15 del corriente mes y se efectuar&iacute;an US$ 12.000 millones en recortes, dando m&aacute;s tiempo para la pelea. Esta variante excluir&iacute;a una serie de medidas progresistas en lo social y financiero, aunque los republicanos no han lanzado sus contrapropuestas conservadoras. Entre ellas, las que involucran a Medicare y Medicaid. <br />
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