El gemelo comercial se ha jibarizado

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La involución que viene teniendo el saldo comercial se manifiesta en que este año representará para la economía casi la mitad de lo que fuera en 2010 y sólo 28% respecto de 2005, según calcula DNI.

De acuerdo con las previsiones y proyecciones que pueden hacerse, el saldo comercial en 2013 representará el 58% de lo que representaba en relación al PBI en 2010 y un tercio (33%) de lo que representó en relación al PBI en 2009. Comparando con 2005 el porcentaje del PBI representado por el saldo comercial será de solo el 28%, advierte en el informe semanal el director general de Desarrollo de Negocios Internacionales (DNI), Marcelo Elizondo.

Añade que será además el superávit más bajo desde 2002 (y apenas el 40% más alto que el de 2001), el primero desde 2002 en generar una cifra de un dígito en miles de millones de dólares (menos de 10.000 millones) y mantendrá una tendencia de reducción año a año que se observa desde 2009.

 

De extraordinariamente generoso en 2002 y 2003 (por razones irrepetibles), el superávit comercial, como se observa, se ha mantenido en buenos niveles nominales desde 2004 por algunos años, pero fue mostrando luego descensos, y ya 2011 evidenció una caída a un muy menor número (comparándolo con el de cada año poco después del fin de la convertibilidad), seguido de un leve repunte en 2012 como consecuencia de la artificial política de freno a importaciones por restricciones gubernamentales al comercio.

 

Pero en 2013, conforme puede predecirse por proyecciones del comercio (las importaciones crecen en el primer semestre 11% mientras las exportaciones sólo lo hacen al 5%), el significado del saldo de dólares en comparación con el PBI será el más bajo desde el inicio del siglo, sustancialmente menor que en años anteriores y, como consecuencia, se sentirá (como ya ocurre) esa escasez de dólares comparándola con la comodidad que la mayor oferta de divisas aportaba en tiempos anteriores.

 

A los efectos de la comparación del superávit de la balanza de bienes con el PBI medido en dólares estadounidenses, se ha considerado que el PBI de 2013 se calcula -proyectando- en dólares en 486.999 millones. El de 2012 fue de 472.815; el de 2011 fue de 456.817 y el de 2010 de 370.296. Antes, en 2005 había sido de 183.001 millones de dólares.

 

Es consecuentemente lógico que se perciban los efectos de esa diferencia en el aporte de dólares. Y que, por ello, puedan preverse probables problemas para actores económicos y reacciones en la política comercial o cambiaria.

 

Caja de divisas

           

La incidencia del ingreso de dólares en la economía produce hoy muchas restricciones que no tuvieron los administradores de política económica antes. En esto influye la pérdida de competitividad general de exportaciones, la inflación por encima de la devaluación (el tipo de cambio ha tenido subas de menos del 3% en 2004, 2005, 2006 y 2007, y sólo subió 9% en 2008 y 2009, y a partir de allí, con el inicio de la gran alza de inflación en pesos, el tipo de cambio creció apenas el 4,7% en 2010 y 8,2 en 2011, y después el 15% en 2012, siempre muy por debajo de la inflación real en moneda local), problemas de oferta exportable, crecimiento de importaciones por inconvenientes de producción local, baja tasa de inversión pública y privada, regulaciones excesivas que obstaculizan el comercio, expectativas que alientan comportamientos de corto plazo, reducción de financiamiento al comercio exterior, etc.

 La escasez de dólares es un problema en Argentina. La economía la padece y hechos como la existencia de un mercado paralelo de divisa extranjera, el reciente acrecentamiento del ritmo de devaluación oficial, la caída de las reservas y la persistente sensibilidad en los temas referidos a la situación cambiaria acreditan que es este un asunto de extremo cuidado para autoridades y de seguimiento constante para actores económicos.

La balanza comercial de bienes (la de servicios es deficitaria) es la única ecuación de significación que permite un saldo de dólares para nuestro país.

Pero el análisis de ese resultado en los últimos años muestra una constante y significativa caída de la relación entre el superávit comercial de la balanza de bienes y el PBI. Esto es: comparando el superávit comercial con el PBI se observa un persistente descenso del número surgido de ese superávit explicado como porcentaje del PBI

Más aún, si se analiza la evolución desde el inicio del siglo, llama la atención que después de años iniciales de extremado confort en la oferta de dólares generado por ese superávit, lo que permitió más margen a las autoridades en el manejo de la política cambiaria, monetaria y fiscal, la previsión para este año de un superávit de entre 8.000 y 9.000 millones de dólares muestra una cifra de notable pequeñez comparada con el PBI (medido al efecto en dólares)

 

Saldos comerciales argentinos en miles de dólares

2000: 1.060.544

2001: 6.223.147

2002: 16.661.054

2003: 16.087.979

2004: 12.130.455

2005: 11.699.872

2006: 12.392.520

2007: 11.072.093

2008: 12.556.387

2009: 16.885.827

2010: 11.632.543

2011: 10.025.000

2012: 12.419.357

2013 (estimado): 8.750. 010

 

Saldo comercial medido como porcentaje del PBI:

2001   2,31%

2002: 16,21%

2003: 12,41%

2004: 7.92%

2005: 6,39%

2006: 5,78%

2007: 4,22%

2008: 3,82%

2009: 5,44%

2010: 3,14%

2011: 2,19%

2012: 2,62%

2013 (estimado): 1,84%

  

Evolución de la relación entre superávit comercial y PBI año a año

 

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