El G8 confía en la reactivación mundial

Los siete países más ricos del mundo y Rusia (G8) confían en que las reformas estructurales les permitan relanzar este año su crecimiento económico y prometieron continuar su cooperación al desarrollo de los países pobres.

1 junio, 2003

La presidencia francesa, anfitriona de la Cumbre de Evian, explicó que los ocho abordaron los “desafíos” a los que se enfrentan en la reactivación del crecimiento económico -que esperan- en la promoción del desarrollo sostenible -que confirman- y la lucha antiterrorista, que reforzarán.

En sus conclusiones, el G8 asegura que lo peor de los riesgos para sus economías ya ha pasado, puesto que hay base para una recuperación que prevé se confirme en el segundo semestre de 2003, pero hizo un llamamiento a favor de unas reformas estructurales que considera imprescindibles para obtener crecimiento.

Entre estas reformas, los líderes del G8 destacaron la de los mercados laborales, de productos y de capitales, con una mención a las reformas necesarias de los sistemas de jubilación y de asistencia sanitaria, debido al progresivo envejecimiento de la población.

El presidente francés, Jacques Chirac, dijo que la estabilidad de los tipos de cambio -en alusión a la debilidad del dólar frente al euro y el yen- es “esencial” para estimular el crecimiento económico y dijo que hay “razones objetivas” que explican la recuperación esperada para la segunda mitad de este año.

En sus conclusiones, el G8 evitó referirse a la cuestión de los tipos de cambio, un asunto que, como dijo el primer ministro canadiense, Jean Chretien, “compete a los mercados”.

Sobre desarrollo, el G8 abordó los objetivos acordados el año pasado en Johanesburgo sobre sostenibilidad y resumió lo que sus líderes pretenden hacer en la cooperación con Africa, lucha contra el hambre, mejora del acceso al agua potable, financiación del combate contra el sida o tratamiento de la deuda de países pobres.

Los líderes del G8 aprobaron un nuevo enfoque, adaptado a cada caso, para el tratamiento de la deuda de países emergentes que se encuentran en una situación delicada, para evitar posibles crisis financieras.

Los participantes adoptaron lo que denominaron el “enfoque de Evian”, porque “aporta una solución más duradera a los problemas de sostenibilidad de la deuda”, pero precisaron que la reestructuración de esta “debe ser un último recurso”.

Dedicaron una atención especial a la lucha contra el terrorismo internacional, con mención a los esfuerzos que pretenden hacer para cortar su financiación, y aprobaron la creación de un Grupo de Acción Contra el Terrorismo.

Este grupo ayudará a reforzar las capacidades institucionales en cada país, mediante la aportación de dinero y personal, con el objetivo declarado de desmantelar completamente la red del movimiento Al Qaeda.

Con el empeño de acabar con el terrorismo internacional indicaron que reforzarán las medidas de seguridad en el transporte marítimo y aéreo, tratarán de evitar que se empleen misiles portátiles contra aviones civiles y reiteraron que pondrán los medios para impedir que los terroristas puedan hacerse con armas de destrucción masiva.

Entre otros asuntos, el G8 apoyó además un plan para reducir la amenaza que plantea la sobreexplotación del mar y se pronunció a favor de reforzar la seguridad marítima, una alusión indirecta a catástrofes provocadas por petroleros.
Además, hizo un llamamiento a “aquellos de nosotros” que han ratificado el Protocolo de Kioto -ni Rusia ni Estados Unidos lo han hecho- sobre lucha contra gases que causan el cambio climático para que confirmen su determinación de hacerlo entrar en vigor.

Fuente: EFE

La presidencia francesa, anfitriona de la Cumbre de Evian, explicó que los ocho abordaron los “desafíos” a los que se enfrentan en la reactivación del crecimiento económico -que esperan- en la promoción del desarrollo sostenible -que confirman- y la lucha antiterrorista, que reforzarán.

En sus conclusiones, el G8 asegura que lo peor de los riesgos para sus economías ya ha pasado, puesto que hay base para una recuperación que prevé se confirme en el segundo semestre de 2003, pero hizo un llamamiento a favor de unas reformas estructurales que considera imprescindibles para obtener crecimiento.

Entre estas reformas, los líderes del G8 destacaron la de los mercados laborales, de productos y de capitales, con una mención a las reformas necesarias de los sistemas de jubilación y de asistencia sanitaria, debido al progresivo envejecimiento de la población.

El presidente francés, Jacques Chirac, dijo que la estabilidad de los tipos de cambio -en alusión a la debilidad del dólar frente al euro y el yen- es “esencial” para estimular el crecimiento económico y dijo que hay “razones objetivas” que explican la recuperación esperada para la segunda mitad de este año.

En sus conclusiones, el G8 evitó referirse a la cuestión de los tipos de cambio, un asunto que, como dijo el primer ministro canadiense, Jean Chretien, “compete a los mercados”.

Sobre desarrollo, el G8 abordó los objetivos acordados el año pasado en Johanesburgo sobre sostenibilidad y resumió lo que sus líderes pretenden hacer en la cooperación con Africa, lucha contra el hambre, mejora del acceso al agua potable, financiación del combate contra el sida o tratamiento de la deuda de países pobres.

Los líderes del G8 aprobaron un nuevo enfoque, adaptado a cada caso, para el tratamiento de la deuda de países emergentes que se encuentran en una situación delicada, para evitar posibles crisis financieras.

Los participantes adoptaron lo que denominaron el “enfoque de Evian”, porque “aporta una solución más duradera a los problemas de sostenibilidad de la deuda”, pero precisaron que la reestructuración de esta “debe ser un último recurso”.

Dedicaron una atención especial a la lucha contra el terrorismo internacional, con mención a los esfuerzos que pretenden hacer para cortar su financiación, y aprobaron la creación de un Grupo de Acción Contra el Terrorismo.

Este grupo ayudará a reforzar las capacidades institucionales en cada país, mediante la aportación de dinero y personal, con el objetivo declarado de desmantelar completamente la red del movimiento Al Qaeda.

Con el empeño de acabar con el terrorismo internacional indicaron que reforzarán las medidas de seguridad en el transporte marítimo y aéreo, tratarán de evitar que se empleen misiles portátiles contra aviones civiles y reiteraron que pondrán los medios para impedir que los terroristas puedan hacerse con armas de destrucción masiva.

Entre otros asuntos, el G8 apoyó además un plan para reducir la amenaza que plantea la sobreexplotación del mar y se pronunció a favor de reforzar la seguridad marítima, una alusión indirecta a catástrofes provocadas por petroleros.
Además, hizo un llamamiento a “aquellos de nosotros” que han ratificado el Protocolo de Kioto -ni Rusia ni Estados Unidos lo han hecho- sobre lucha contra gases que causan el cambio climático para que confirmen su determinación de hacerlo entrar en vigor.

Fuente: EFE

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