<p>Pareciese que pensar a la computación en términos de un servicio, como la electricidad, es una idea anticuada. Sin embargo la tecnología de la nube ha cambiado tanto el horizonte tecnológico que el hecho de que las empresas adopten este servicio es financieramente lógico.</p>
<p>Antes de Facebook y Google, inclusive antes de que existiese Internet, algunos científicos del MIT ya hablaban de la computación entendida como un servicio. John McCarty, profesor de esa casa de estudios, hablaba un sistema en el que cada suscriptor a la red pagase sólo por el espacio que usaba.</p>
<p>Esa es, exactamente, la descripción de Cloud Computing, o tecnología de la nube. En vez de que cada empresa, gobierno o individuo invierta en su propia infraestructura, la idea es que todos compartan espacio en una misma estructura que provee procesamiento, almacenamiento de información y comunicación a las empresas que la contratan. Lo bueno de este sistema es que si en alguna parte del proceso aparece una falla, existen diferentes niveles de seguridad que permiten que la información se “mude” constantemente y permanezca protegida en un constante back-up. Es que la “virtualización” avanzada permite que cada uno pueda usar los contenidos de la nube y que estos regresen a su lugar una vez terminado el proceso. Eso significa que proveedores como Amazon pueden cobrarle a sus usuarios acorde a lo que usan.</p>
<p>Las consecuencias de este cambio son muchas y de largo alcance. La más obvia es que las empresas no van a necesitar comprar sistemas de computación complejos porque sus empleados sólo necesitarán una PC o una laptop para acceder a los contenidos de la nube. De esta manera las compañías que adopten este servicio ahorrarán dinero y tendrán un mejor funcionamiento que aquellas que inviertan en sistemas propios.</p>
<p>A pesar de estas obvias ventajas, muchas compañías evitan el servicio de la nube porque desconfían de su seguridad y fiabilidad. Los expertos dicen, sin embargo, que no hay mucho de qué preocuparse: aunque Google Docs experimentó algunos apagones y Amazon tuvo que lidiar con un puñado de clientes que perdieron información, la tecnología de la nube sigue siendo más segura que las empresas manejando su propia información. Es más, las grandes compañías siempre se hacen responsables públicamente de sus errores mientras que el servicio técnico de las empresas rara vez lo hace.</p>
<p>Pero la idea de renunciar al control de la información es difícil de tragar en el círculo corporativo. No es una opción elegir la tecnología de la nube que ofrecen empresas como Amazon; ellos quieren tener nubes propias. Pero hacerlo no es tan fácil: para tener una nube propia se necesita una infraestructura especial, data-centers que puedan auto-enfriarse y un sistema de back-up. Los costos para las empresas serían considerables; sería como convertirse en proveedor de la nube sin la posibilidad de recuperar la inversión vendiendo el servicio a terceros. Este sistema es sólo conveniente para empresas con miles de empleados o para instituciones que guardan información tan sensible que no puede ser filtrada.</p>
<p>La idea es simple: aunque casi todas las organizaciones que operan en Internet usan alguna forma de servicio de nube, deberían usar más.</p>
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El futuro de las empresas está en la nube
La tecnología de la nube permite a las empresas ahorrar en servidores y equipos y a las compañías que la brindan, proteger los datos de sus clientes. Pero a pesar de las ventajas los expertos afirman que todavía hay reticencia en adoptar este sistema.