En Europa, el año pasado hubo un chiste en el ámbito político, que se puso rápido de moda. Cuándo se agote la etapa del populismo –decía- ¿cuál será el modelo a seguir? La respuesta: Argentina, precursora en ese proceso en América latina.
Tal vez la amplitud del respaldo del FMI al país sea una consecuencia de la pregunta y respuesta sarcástica que muchos advierten como realidad verdadera. En especial, el famoso gradualismo para ir eliminando sin demasiados sobresaltos “la pesada herencia”. El monto del acuerdo es muy superior a los US$ 30 mil millones que se mencionaban.
El caso es que nuestro tradicional villano, el FMI respaldó un acuerdo por un total de US$ 50 mil millones, mucho más de lo previsto. Sin contar con el agregado de US$ 4 mil millones que harán el Banco Mundial y la CAF.
Lo más importante, tal vez, es que el acuerdo implica un desembolso inmediato de US$ 15 millones (sin hablar de la facilidad en moneda de China, acordada con Beijing, por un monto equivalente a US$ 11 mil millones. Tal vez sin pretenderlo, el país es percibido como el laboratorio de una salida del populismo que importa mucho a las grandes economías del G7, por ejemplo.
Con este nuevo escenario, este rescate –cuando sea aprobado formalmente por el directorio de la entidad- debería asegurar el rescate del peso para lograr estabilización. A cambio habrá que pagar un precio. ¿Cuál es?
Para este año, exige que se cumpla la meta fijada por el gobierno local de mantener el déficit fiscal en torno a 2,7%, mientras que en 2019 deberá ser de 1,3%, con la meta de lograr el equilibrio en 2020 (o acaso en 2021). El déficit fiscal primario no incluye a los pagos de intereses.
La memoria colectiva argentina tiene un mal recuerdo de la historia común con el FMI. Por lo que habrá un atento seguimiento de esta relación por parte de la opinión pública. Los que reaccionaron en forma positiva ante el acuerdo, creen que se facilita y mucho el proceso de reforma gradual en el que estaba embarcado el gobierno, según esta visión.
En cuanto a la inflación, en un nivel actual de 27% anual, será casi imposible que baje este año a 15%. La idea es que se sitúe en 17% para 2019, y en 13% para 2020.