(NA). – El FMI está dispuesto a adelantar el envío de unos US$ 1.260 millones a la Argentina para ayudar en la reestructuración de la deuda externa, pero pretende “garantías” sobre el cumplimiento del déficit cero, a partir de un acuerdo con los gobernadores y una fuerte reducción de gastos en el presupuesto para 2002.
Ese fue el eje de una sorpresiva reunión mantenida por el integrantes del equipo económico con técnicos del FMI que siguen el caso argentino, encabezados por John Thorton, número dos del jefe de la misión que sigue el caso argentino, el chileno Thomas Reichmann.
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, mantuvo un contacto permanente con Marx y por la noche concurrió a Olivos para informar al presidente Fernando de la Rúa sobre la marcha de las tratativas, que se basan en tejer un complejo entramado de garantías y apoyos financieros del FMI, el Banco Mundial, el BID y la Reserva Federal de Estados Unidos, a través del Grupo de los Siete.
Está previsto que hoy (lunes 29) continúen las negociaciones, según confió un vocero del Palacio de Hacienda. Asimismo, se confirmó que una de esas “garantías” que solicita el FMI para realizar el desembolso solicitado consiste en respaldar el pago de la deuda externa con la recaudación impositiva de la Argentina.
Los fondos del FMI –correspondientes al último tramo del blindaje de este año– debían llegar a principios de diciembre, pero ahora el organismo los adelantaría para mediados de
noviembre, siempre y cuando se arribe a un acuerdo con los gobernadores.
En noviembre, el gobierno nacional enfrenta vencimientos por unos US$ 2.000 millones entre capital e intereses. La reestructuración de la deuda externa permitiría a la Argentina ahorrar unos US$ 3.000 millones anuales en concepto de intereses, lo cual aliviaría el panorama financiero para los próximos años y alejaría el peligro de default.
El año próximo, la Argentina debe afrontar el pago de intereses por US$ 10.500 millones. Este acuerdo daría una señal positiva a los mercados, permitiría una baja muy fuerte del riesgo país y a su vez posibilitaría un descenso de las tasas de interés, el insumo clave
para permitir la recuperación de la economía, según razonan en Economía.
Los funcionarios del Palacio de Hacienda, encabezados por el secretario de Finanzas, Daniel Marx, y su segundo, Julio Dreizzen, avanzaron en los detalles de la operación.
Desde el Ministerio de Economía sostienen que reestructurar la deuda es decisivo para el país porque sería una forma de garantizar el cumplimiento del déficit cero, un reclamo permanente que vienen haciendo los mercados.
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, quiere cerrar un programa de garantías y apoyos financieros que permita a los acreedores seguir cobrando la deuda pero a tasas muchos más bajas que las actuales. El programa “será voluntario y no compulsivo”, según confirmaron voceros del Palacio de Hacienda.
El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina, David de Ferranti, ya había anticipado a Cavallo que la Argentina podía contar con el apoyo de ese organismo. En ese marco se inscribió la estrategia del titular del Palacio de Hacienda de realizar un viaje secreto a los Estados Unidos a principios de semana, que si bien no arrojó los resultados esperados sí permitió tener información de primera mano sobre hasta dónde estaban dispuestos a llegar los apoyos para la Argentina.
(NA). – El FMI está dispuesto a adelantar el envío de unos US$ 1.260 millones a la Argentina para ayudar en la reestructuración de la deuda externa, pero pretende “garantías” sobre el cumplimiento del déficit cero, a partir de un acuerdo con los gobernadores y una fuerte reducción de gastos en el presupuesto para 2002.
Ese fue el eje de una sorpresiva reunión mantenida por el integrantes del equipo económico con técnicos del FMI que siguen el caso argentino, encabezados por John Thorton, número dos del jefe de la misión que sigue el caso argentino, el chileno Thomas Reichmann.
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, mantuvo un contacto permanente con Marx y por la noche concurrió a Olivos para informar al presidente Fernando de la Rúa sobre la marcha de las tratativas, que se basan en tejer un complejo entramado de garantías y apoyos financieros del FMI, el Banco Mundial, el BID y la Reserva Federal de Estados Unidos, a través del Grupo de los Siete.
Está previsto que hoy (lunes 29) continúen las negociaciones, según confió un vocero del Palacio de Hacienda. Asimismo, se confirmó que una de esas “garantías” que solicita el FMI para realizar el desembolso solicitado consiste en respaldar el pago de la deuda externa con la recaudación impositiva de la Argentina.
Los fondos del FMI –correspondientes al último tramo del blindaje de este año– debían llegar a principios de diciembre, pero ahora el organismo los adelantaría para mediados de
noviembre, siempre y cuando se arribe a un acuerdo con los gobernadores.
En noviembre, el gobierno nacional enfrenta vencimientos por unos US$ 2.000 millones entre capital e intereses. La reestructuración de la deuda externa permitiría a la Argentina ahorrar unos US$ 3.000 millones anuales en concepto de intereses, lo cual aliviaría el panorama financiero para los próximos años y alejaría el peligro de default.
El año próximo, la Argentina debe afrontar el pago de intereses por US$ 10.500 millones. Este acuerdo daría una señal positiva a los mercados, permitiría una baja muy fuerte del riesgo país y a su vez posibilitaría un descenso de las tasas de interés, el insumo clave
para permitir la recuperación de la economía, según razonan en Economía.
Los funcionarios del Palacio de Hacienda, encabezados por el secretario de Finanzas, Daniel Marx, y su segundo, Julio Dreizzen, avanzaron en los detalles de la operación.
Desde el Ministerio de Economía sostienen que reestructurar la deuda es decisivo para el país porque sería una forma de garantizar el cumplimiento del déficit cero, un reclamo permanente que vienen haciendo los mercados.
El ministro de Economía, Domingo Cavallo, quiere cerrar un programa de garantías y apoyos financieros que permita a los acreedores seguir cobrando la deuda pero a tasas muchos más bajas que las actuales. El programa “será voluntario y no compulsivo”, según confirmaron voceros del Palacio de Hacienda.
El vicepresidente del Banco Mundial para América Latina, David de Ferranti, ya había anticipado a Cavallo que la Argentina podía contar con el apoyo de ese organismo. En ese marco se inscribió la estrategia del titular del Palacio de Hacienda de realizar un viaje secreto a los Estados Unidos a principios de semana, que si bien no arrojó los resultados esperados sí permitió tener información de primera mano sobre hasta dónde estaban dispuestos a llegar los apoyos para la Argentina.