El Estado aportará capital y garantirá baja conflictividad en Aerolíneas

El modelo de gestión entre Estado, sindicatos y privados que busca cerrar el gobierno en Aerolíneas Argentinas es un “leading case” para aplicar, no sólo al pacto social en ciernes, sino a otras inversiones, como las petroleras.

23 noviembre, 2007

El gobierno nacional notificó a Interinvest, propietario del capital accionario
de Aerolíneas Argentinas, que concretará su participación
en la sociedad hasta cubrir el 20 %, tal como comprometiera el presidente Néstor
Kirchner en España a mediados del año pasado.

La decisión forma parte de un paquete de negociaciones que se vienen
realizando al máximo nivel político entre España y Argentina,
con la cúpula de la firma Marsans, los directivos locales de la compañía
aérea y los siete sindicatos involucrados en la relación laboral,
más la intervención del secretario general de la CGT, Hugo Moyano.

Se adoptó al regresar de Brasil la presidenta electa, Cristina de Kirchner,
junto con el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el ministro de Infraestructura,
Julio de Vido, y se efectuó de inmediato la comunicación a la
Secretaría de Transporte Aerocomercial y al Ministerio de Economía.

En el país vecino, De Vido y su colega de Defensa, Nilda Garré,
estuvieron tratando la integración del sistema aéreo regional,
que quedará en manos de la creada Administración Nacional de Aviación
Civil, que controlará el espacio y la operatoria aeroportuaria, los que
vienen estando a cargo del Comando de Regiones Aéreas de la Aeronáutica.

También, en este caso, las protestas gremiales y las fallas en los radares
complican los vuelos comerciales, lo cual el Estado necesita incluir en el paquete
de normalización de Aerolíneas.

La newsletter especializada Código Aéreo informó que la
decisión de ampliar la participación en la compañía
de bandera fue instrumentada luego de un encuentro entre la cúpula de
la empresa, funcionarios, gremialistas y el propio titular de la Confederación
General del Trabajo, Hugo Moyano, en el que se aprobó el texto del Pacto
Social que venía negociándose desde hacía casi dos meses
en el Ministerio de Trabajo.

Formó parte del aporte hecho por el gobierno argentino para destrabar
la inseguridad que frenaba la inversión de Marsans en el material aéreo
imprescindible para que la compañía restablezca la normalidad
en el servicio, que se continuó con los cambios en la conducción
de Aerolíneas Argentina y Austral: fue desplazado de la gerencia general
Esteban Maccari e irá en su reemplazo Enrique Meliá, un experimentado
operador que viene de Spanair.

Allegado al subsecretario de Transporte Aerocomercial, Ricardo Cirielli, de
extracción gremial, Maccari no sólo había fracasado en
las relaciones con los trabajadores, lo cual ponía en riesgo la continuidad
de la compañía ante la sucesión de conflictos (20 en nueve
meses), sino que protagonizó encontronazos con el propio Julio de Vido,
quien convocó a Moyano para interceder ante los sindicatos en pos de
un compromiso de tregua que garantice el funcionamiento normal, condición
que puso el grupo inversor para concretar el refuerzo de la flota.

Moyano, como secretario general de la Confederación General del Trabajo
y líder de los trabajadores del transporte, transmitió a Gonzalo
Pascual que Pérez Tamayo, el secretario general de APLA, finalmente entrará
en razones, porque el acta de compromiso que firmen Estado, empresarios y trabajadores
será un acuerdo marco que se piensa aplicar a nivel nacional con el pacto
social, que definirá el rol de la CGT en la estructura de poder del país.

Otra urgencia en normalizar Aerolíneas es razón de Estado: la
escasez de vuelos afecta a las provincias, lo cual se traducirá en demandas
crecientes de los gobernadores que obligarían al nuevo gobierno de Cristina
Kirchner a asumir el costo político de no tener aviones (nadie le venderá
aviones a plazo al Estado argentino que aún hoy día sigue en default)
y de mantener un régimen improductivo alentado por los sindicatos, dice
la newsletter.

Competitividad

Mentor de la incorporación en el directorio de representantes de los
sindicatos de técnicos y pilotos a los que aún reporta, el subsecretario
Cirielli está enfrentado con el secretario de Transportes, Ricardo Jaime,
quien parece haber salido fortalecido por el equilibrio de poderes que siguió
a la última elección presidencial.

El correlato directo de ello es que su coterráneo y hombre de confianza,
Jorge Molina, quedó a cargo de Asuntos Públicos en la nueva estructura
de transición de Aerolíneas y será quien coordine el pacto
de compromiso social dentro de la empresa, el cual se anticipaba difícil
porque los pilotos no aceptan, entre otras cosas, modificar el convenio para
volar el doble de horas, como lo hacen en otras compañías regionales
competidoras.

La contraparte empresaria que asegurará la seriedad de la posición
sustentada ante el gobierno es que el propio Gonzalo Pascual (dueño de
Marsans) habrá de participar de la gestión.

“Si Gonzalo Pascual pone la cara, es otra cosa. No puede hacer macanas
y dejar su nombre manchado. Antonio Mata era un pirata. Gerardo Días
Ferrán y Pascual son cercanos al Rey Juan Carlos. Si se mandan una macana
en la Argentina, su imagen en España se desplomaría”, sostuvo
una fuente a Código Aéreo.

Ahora que el gobierno argentino confirmó su interés en aumentar
su participación en el capital accionario de la empresa, queda en disputa
si integrará el capital antes o después que el grupo Marsans aporte
30 millones de dólares para neutralizar el saldo negativo del balance
2006.

En estos momentos, en que las partes definen su participación efectiva
y asumen responsabilidades, el marco en que funcionará la empresa se
hizo constar en un memorando que promete exenciones impositivas para el negocio
aéreo, subsidios al combustible, libertades para contratar seguros de
aviones en el exterior (abaratándolos) y otras medidas tendientes a recomponer
la rentabilidad, aspectos que abarcarán además a las otras aerolíneas.

Viaje relámpago

Código Aéreo publica una fugaz visita de Gonzalo Pascual para
participar en una maratónica reunión del comité de Gestión
que comanda desde hace una semana Aerolíneas Argentinas. Y que durante
el encuentro con sindicatos y la línea media de la empresa se oficializó
el alejamiento de Esteban Maccari de la gerencia general y se confírmó
el nombramiento de Enrique Meliá y Jorge Molina como nuevos hombres fuertes
del grupo Marsans en la Argentina.

Durante la reunión, afirma la newsletter, Gonzalo Pascual tuvo un largo
llamado telefónico con el ministro de Infraestructura Julio de Vido en
el cual el empresario español oficializó los cambios en la empresa.
A su vez, el funcionario confirmó que el Estado Argentina había
resuelto aumentar su participación en el capital accionario de Aerolíneas
Argentinas, pero no le aclaró la cantidad de acciones que tomaría
el gobierno en la empresa aérea.

Ante la noticia, Gonzalo Pascual le informó que el Grupo Marsans ha
decidido que el dinero que el Estado aporte en Aerolíneas Argentinas
será capitalizado por completo y pasará a formar parte de la liquidez
que requiere la empresa para poder cumplir con su plan de inversiones.

Según se anunció, Enrique Meliá, hombre de confianza de
Gonzalo Pascual, estará a cargo de todo lo que implica la operatividad
de la empresa, dado que el grupo Marsans quiere acabar con las postergaciones,
demoras, suspensiones y levantamiento de vuelos que suelen afectar el normal
desarrollo de las actividades de la compañía.

Meliá es un hombre con extensa experiencia en el manejo de compañías
aéreas. Fue el creador de Newco, la aerohandling del grupo Marsans, y
gerente general de Spanair durante cinco años. “En esos momentos,
la empresa tenía casi las mismas dimensiones que Aerolíneas Argentinas
y Austral, unos 60 aviones, pero con mayor cantidad de frecuencias, rutas y
pasajeros transportados. Spanair, por esos años, solía ganar premios
a la puntualidad de sus vuelos”, dice la nota.

Por su parte, Jorge Molina, director de la empresa, gerente de Asuntos Públicos
y miembro del comité de Gestión se hará cargo de las relaciones
con el gobierno, los sindicatos, finalizar la redacción del Pacto Social
y regenerar la relación con las provincias.

Además, Pascual confirmó que el comité de Gestión
de Aerolíneas Argentinas y Austral quedó conformado por Carmelo
Hernández, director del grupo de Marsans y hombre de confianza de Gonzalo
Pascual; Vicente Muñoz, director financiero del holding español;
Ignacio Pacual, hijo de Gonzalo y presidente de Air Comet; Enrique Meliá,
CEO de Air Comet Chile y Jorge Molina, director y gerente de Asuntos Públicos.

El titular de la Confederación General del Trabajo, Hugo Moyano, comenzó
sus reuniones con los sindicatos que forman parte del entramado de la empresa,
en especial, los rebeldes APTA y APLA que reúnen a los técnicos
y pilotos de las empresas, lo que podría acelerar la redacción
final del Pacto Social propuesto por Marsans hace poco más de un mes.

Advierte Código Aéreo que aquí podría surgir el
primero de los problemas, dado que los españoles querían, inicialmente,
que el Estado inyectase fondos frescos en la compañía. Luego se
conformaron con compensaciones de pasivos muy generosas y promesas de subsidios
y aumento de tarifas. Pero todo antes de tener que afrontar la pérdida
de 100 millones de pesos del ejercicio 2006.

El gobierno nacional notificó a Interinvest, propietario del capital accionario
de Aerolíneas Argentinas, que concretará su participación
en la sociedad hasta cubrir el 20 %, tal como comprometiera el presidente Néstor
Kirchner en España a mediados del año pasado.

La decisión forma parte de un paquete de negociaciones que se vienen
realizando al máximo nivel político entre España y Argentina,
con la cúpula de la firma Marsans, los directivos locales de la compañía
aérea y los siete sindicatos involucrados en la relación laboral,
más la intervención del secretario general de la CGT, Hugo Moyano.

Se adoptó al regresar de Brasil la presidenta electa, Cristina de Kirchner,
junto con el Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, el ministro de Infraestructura,
Julio de Vido, y se efectuó de inmediato la comunicación a la
Secretaría de Transporte Aerocomercial y al Ministerio de Economía.

En el país vecino, De Vido y su colega de Defensa, Nilda Garré,
estuvieron tratando la integración del sistema aéreo regional,
que quedará en manos de la creada Administración Nacional de Aviación
Civil, que controlará el espacio y la operatoria aeroportuaria, los que
vienen estando a cargo del Comando de Regiones Aéreas de la Aeronáutica.

También, en este caso, las protestas gremiales y las fallas en los radares
complican los vuelos comerciales, lo cual el Estado necesita incluir en el paquete
de normalización de Aerolíneas.

La newsletter especializada Código Aéreo informó que la
decisión de ampliar la participación en la compañía
de bandera fue instrumentada luego de un encuentro entre la cúpula de
la empresa, funcionarios, gremialistas y el propio titular de la Confederación
General del Trabajo, Hugo Moyano, en el que se aprobó el texto del Pacto
Social que venía negociándose desde hacía casi dos meses
en el Ministerio de Trabajo.

Formó parte del aporte hecho por el gobierno argentino para destrabar
la inseguridad que frenaba la inversión de Marsans en el material aéreo
imprescindible para que la compañía restablezca la normalidad
en el servicio, que se continuó con los cambios en la conducción
de Aerolíneas Argentina y Austral: fue desplazado de la gerencia general
Esteban Maccari e irá en su reemplazo Enrique Meliá, un experimentado
operador que viene de Spanair.

Allegado al subsecretario de Transporte Aerocomercial, Ricardo Cirielli, de
extracción gremial, Maccari no sólo había fracasado en
las relaciones con los trabajadores, lo cual ponía en riesgo la continuidad
de la compañía ante la sucesión de conflictos (20 en nueve
meses), sino que protagonizó encontronazos con el propio Julio de Vido,
quien convocó a Moyano para interceder ante los sindicatos en pos de
un compromiso de tregua que garantice el funcionamiento normal, condición
que puso el grupo inversor para concretar el refuerzo de la flota.

Moyano, como secretario general de la Confederación General del Trabajo
y líder de los trabajadores del transporte, transmitió a Gonzalo
Pascual que Pérez Tamayo, el secretario general de APLA, finalmente entrará
en razones, porque el acta de compromiso que firmen Estado, empresarios y trabajadores
será un acuerdo marco que se piensa aplicar a nivel nacional con el pacto
social, que definirá el rol de la CGT en la estructura de poder del país.

Otra urgencia en normalizar Aerolíneas es razón de Estado: la
escasez de vuelos afecta a las provincias, lo cual se traducirá en demandas
crecientes de los gobernadores que obligarían al nuevo gobierno de Cristina
Kirchner a asumir el costo político de no tener aviones (nadie le venderá
aviones a plazo al Estado argentino que aún hoy día sigue en default)
y de mantener un régimen improductivo alentado por los sindicatos, dice
la newsletter.

Competitividad

Mentor de la incorporación en el directorio de representantes de los
sindicatos de técnicos y pilotos a los que aún reporta, el subsecretario
Cirielli está enfrentado con el secretario de Transportes, Ricardo Jaime,
quien parece haber salido fortalecido por el equilibrio de poderes que siguió
a la última elección presidencial.

El correlato directo de ello es que su coterráneo y hombre de confianza,
Jorge Molina, quedó a cargo de Asuntos Públicos en la nueva estructura
de transición de Aerolíneas y será quien coordine el pacto
de compromiso social dentro de la empresa, el cual se anticipaba difícil
porque los pilotos no aceptan, entre otras cosas, modificar el convenio para
volar el doble de horas, como lo hacen en otras compañías regionales
competidoras.

La contraparte empresaria que asegurará la seriedad de la posición
sustentada ante el gobierno es que el propio Gonzalo Pascual (dueño de
Marsans) habrá de participar de la gestión.

“Si Gonzalo Pascual pone la cara, es otra cosa. No puede hacer macanas
y dejar su nombre manchado. Antonio Mata era un pirata. Gerardo Días
Ferrán y Pascual son cercanos al Rey Juan Carlos. Si se mandan una macana
en la Argentina, su imagen en España se desplomaría”, sostuvo
una fuente a Código Aéreo.

Ahora que el gobierno argentino confirmó su interés en aumentar
su participación en el capital accionario de la empresa, queda en disputa
si integrará el capital antes o después que el grupo Marsans aporte
30 millones de dólares para neutralizar el saldo negativo del balance
2006.

En estos momentos, en que las partes definen su participación efectiva
y asumen responsabilidades, el marco en que funcionará la empresa se
hizo constar en un memorando que promete exenciones impositivas para el negocio
aéreo, subsidios al combustible, libertades para contratar seguros de
aviones en el exterior (abaratándolos) y otras medidas tendientes a recomponer
la rentabilidad, aspectos que abarcarán además a las otras aerolíneas.

Viaje relámpago

Código Aéreo publica una fugaz visita de Gonzalo Pascual para
participar en una maratónica reunión del comité de Gestión
que comanda desde hace una semana Aerolíneas Argentinas. Y que durante
el encuentro con sindicatos y la línea media de la empresa se oficializó
el alejamiento de Esteban Maccari de la gerencia general y se confírmó
el nombramiento de Enrique Meliá y Jorge Molina como nuevos hombres fuertes
del grupo Marsans en la Argentina.

Durante la reunión, afirma la newsletter, Gonzalo Pascual tuvo un largo
llamado telefónico con el ministro de Infraestructura Julio de Vido en
el cual el empresario español oficializó los cambios en la empresa.
A su vez, el funcionario confirmó que el Estado Argentina había
resuelto aumentar su participación en el capital accionario de Aerolíneas
Argentinas, pero no le aclaró la cantidad de acciones que tomaría
el gobierno en la empresa aérea.

Ante la noticia, Gonzalo Pascual le informó que el Grupo Marsans ha
decidido que el dinero que el Estado aporte en Aerolíneas Argentinas
será capitalizado por completo y pasará a formar parte de la liquidez
que requiere la empresa para poder cumplir con su plan de inversiones.

Según se anunció, Enrique Meliá, hombre de confianza de
Gonzalo Pascual, estará a cargo de todo lo que implica la operatividad
de la empresa, dado que el grupo Marsans quiere acabar con las postergaciones,
demoras, suspensiones y levantamiento de vuelos que suelen afectar el normal
desarrollo de las actividades de la compañía.

Meliá es un hombre con extensa experiencia en el manejo de compañías
aéreas. Fue el creador de Newco, la aerohandling del grupo Marsans, y
gerente general de Spanair durante cinco años. “En esos momentos,
la empresa tenía casi las mismas dimensiones que Aerolíneas Argentinas
y Austral, unos 60 aviones, pero con mayor cantidad de frecuencias, rutas y
pasajeros transportados. Spanair, por esos años, solía ganar premios
a la puntualidad de sus vuelos”, dice la nota.

Por su parte, Jorge Molina, director de la empresa, gerente de Asuntos Públicos
y miembro del comité de Gestión se hará cargo de las relaciones
con el gobierno, los sindicatos, finalizar la redacción del Pacto Social
y regenerar la relación con las provincias.

Además, Pascual confirmó que el comité de Gestión
de Aerolíneas Argentinas y Austral quedó conformado por Carmelo
Hernández, director del grupo de Marsans y hombre de confianza de Gonzalo
Pascual; Vicente Muñoz, director financiero del holding español;
Ignacio Pacual, hijo de Gonzalo y presidente de Air Comet; Enrique Meliá,
CEO de Air Comet Chile y Jorge Molina, director y gerente de Asuntos Públicos.

El titular de la Confederación General del Trabajo, Hugo Moyano, comenzó
sus reuniones con los sindicatos que forman parte del entramado de la empresa,
en especial, los rebeldes APTA y APLA que reúnen a los técnicos
y pilotos de las empresas, lo que podría acelerar la redacción
final del Pacto Social propuesto por Marsans hace poco más de un mes.

Advierte Código Aéreo que aquí podría surgir el
primero de los problemas, dado que los españoles querían, inicialmente,
que el Estado inyectase fondos frescos en la compañía. Luego se
conformaron con compensaciones de pasivos muy generosas y promesas de subsidios
y aumento de tarifas. Pero todo antes de tener que afrontar la pérdida
de 100 millones de pesos del ejercicio 2006.

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