jueves, 21 de noviembre de 2024

El desafío fiscal del 2024 tras lo ocurrido en 2023

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Un reciente Informe del IERAL de la Fundación Mediterránea recuerda que el acuerdo con el FMI prevé un déficit primario no mayor a 1,9% del PIB en 2023. Pero hasta octubre, el déficit ascendía a 1,4% del PIB.

Y, si se proyecta por estacionalidad de ingresos y egresos, el déficit primario terminaría en 2,4% del PIB. No obstante, en los últimos dos meses del año existen cambios en ingresos y egresos que no se pueden explicar por estacionalidad, sino por los anuncios de reducción de impuestos y nuevas erogaciones que se aprobaron previo a las elecciones de octubre último

Entre los cambios que reducirán los ingresos, se encuentran el aumento del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, la eliminación de retenciones a las economías regionales y la exención del componente tributario a monotributistas.

Respecto a las medidas que implican mayores gastos para lo que resta del año, se pueden mencionar los bonos para trabajadores informales (nuevo IFE), el reintegro del IVA, el refuerzo del programa alimentario del PAMI y los bonos para jubilados. No obstante, se espera durante el mes de diciembre un pequeño ahorro previsional extra, por activarse el tope de la movilidad jubilatoria.

Si se contempla una estimación para noviembre y diciembre de los egresos extras (0,55% del PIB) y los ingresos sacrificados (-0,09% del PIB) por cambios en la política fiscal pre – electoral (plan “platita”), se puede proyectar un déficit primario de 3,0% del PIB en todo el año 2023

Entre 2021 y 2023 la creciente inflación volvió a licuar el gasto previsional, que así llegaría al 2023 con un nivel de 7% del PIB. Se trata de una merma de 2,5 puntos porcentuales respecto a 2017. Esta licuación ocurrió tanto con la fórmula de movilidad de la administración Macri como con la de Alberto Fernández pues, en ambos casos, los haberes reales tienden a deteriorarse con la aceleración de los precios.

En diciembre próximo, las jubilaciones y pensiones experimentarán un aumento del 20,87%, previsto por la fórmula de movilidad. El porcentaje luce bajo respecto a la inflación del 34,7% acumulada durante el trimestre julio a septiembre, periodo que se utiliza de referencia para su cálculo. En paralelo, se anunció un refuerzo de $55.000 únicamente en diciembre, para quienes perciben el haber mínimo.

Ocurre que de acuerdo a la fórmula establecida por la ley 27.609, vigente desde 2021, la normativa prevé la aplicación de un tope al porcentaje de la suba, los meses de diciembre de cada año. Ese valor máximo está vinculado con la variación interanual de la recaudación total de recursos que van a la ANSES, incrementada en un 3%. Para este cálculo, se deben excluir de la recaudación los efectos de los cambios en la presión tributaria legal ocurridos en el período en análisis (en este caso, los cambios del Impuesto País)

Así, el tope limita la movilidad jubilatoria a un 20,87%, acumulando una actualización de 110,9% en el año, versus una inflación interanual de 173,3 % estimada para diciembre. Durante el último mes del año, el haber mínimo aumentará de $87.459,76 a $105.713 pero, sin el tope descripto más arriba, esa variación habría sido de 29%, con el haber mínimo llegando a $112.743

 

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