Pero por el lado del Pacífico sí hay buenas noticias. Primero porque Chile, Colombia, México y Perú formalizaron un pacto comercial llamado Alianza del Pacífico, que con un comercio más libre entre sus miembros busca dar a la región una inyección de optimismo económico. Con la meta de «avanzar progresivamente hacia el objetivo de alcanzar la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas», la alianza inspira y entusiasma a los ministros de los países integrantes y a muchos observadores. Una de las razones del entusiasmo es el tamaño. Si fuera una sola economía, la alianza del Pacífico estaría entre las 10 más grandes del mundo. Juntos, sus miembros representan 39% de la economía latinoamericana y en 2012 casi la mitad de la inversión extranjera directa. Por eso constituye una alternativa a la potencia dominante de la región, Brasil.
La alianza comprende a los países más “business-friendly” de la región y con las economías de mayor crecimiento y mejor manejadas. Se propone generar economías de escala que crucen las fronteras yt lazos industriales para ayudar a sus miembros a aprovechar el pacífico que une las costas de América y de Asia. Lo que ganen en productividad lesl permitirá seguir creciendo.
El Mercosur mira con desconfianza
Los países al este de los Andes miran la alianza del Pacífico con desconfianza. Brasil, Argentina, Venezuela, Uruguay y Paraguay forman el Mercosur, una alianza que no logra prosperar. El proyecto de integración era mucho más ambicioso pero no avanza por prioridades encontradas entre sus miembros. Los miembros del Mercosur han sufrido varios periodos de inestabilidad. Brasil muchas veces ganó a expensas de sus otros socios. Inequidades y asimetrías en los países más pequeños provocaron infinidad de desavenencias. A diferencia de las metas económicas de la Alianza del pacífico, los fundadores del Mercosur se inspiraron en el ejemplo de Europa y aspiraban a más. Querían también ser una herramienta para fortalecer la democracia entre sus miembros que en los 80 se recuperaban de dictaduras y aspiraban a la integración política y cultural.
La actitud hacia el comercio libre es muy diferente en ambos grupos: el Mercosur proteccionista tiene acceso comercial preferencial a menos de 7% de los mercados globales. La Alianza del Pacífico, con economías mucho más abiertas tienen pactos comerciales con países que representan casi 75% de la economía mundial, dice abeceb.com.
Por lo tanto, aunque el PBI combinado de los países del Mercosur es mucho mayor que el de los países del Pacífico, el comercio total (exportaciones e importaciones) de los últimos fue en 2012 de US$ 1,1 billón comparado con US$ 653.000 millones en Mercosur, siempre según abeceb.com.
Heraldo Muñoz, ministro de relaciones exteriores de chile, dijo al diario El País de España que el nuevo gobierno valora la alianza del Pacífico como “un plan de integración económica y una plataforma comercial” y que se debería trabajar para una “convergencia dela Alianza del Pacífico con el Mercosur”. Si los dos bloques no logran esa convergencia y por otro lado triunfan los planes para crear la Sociedad TransPacífico, que incluye los países de la Alianza del Pacífic , Estados Unidos y varios países asiáticos, eso sí sería un “problema geopolítico” para el Mercosur, opina Daniel Kerner, analista d la consultora Eurasia Group.