(EFE).- “Cada día que pasa en esta disputa con China (sobre el avión espía estadounidense y sus tripulantes) se incrementan las posibilidades de que nuestras relaciones con Pekín sufran daños”, dijo hoy (lunes 9) el presidente de Estados Unidos, George Bush.
En un breve encuentro con la prensa esta mañana en la Casa Blanca, Bush explicó que “se trabaja tras bambalinas, con todos los medios diplomáticos”, y reiteró que “ya es tiempo de que nuestras tropas retornen a casa”.
Los 24 tripulantes de un avión EP-3 de la Marina de Guerra, que aterrizó sin autorización en la isla de Hainan después de una colisión en vuelo con un avión caza chino, tuvieron hoy nuevos contactos con funcionarios diplomáticos estadounidenses.
El gobierno de China insiste en que Estados Unidos debe pedir perdón por el incidente, ya que el avión militar había incursionado dentro del espacio aéreo chino cuando una maniobra de su piloto causó la colisión con uno de dos aviones F-8 que los vigilaban.
El gobierno de Bush ha repetido que lamenta la aparente pérdida de un piloto chino, pero sostiene que el EP-3 realizaba un vuelo de observación en espacio aéreo internacional, y que fue el avión chino –más liviano y veloz– el que embistió a la aeronave estadounidense.
La OMC, a salvo
(EFE).- El Ministerio de Comercio Exterior y Cooperación Económica de China declaró hoy (lunes 9) que la actual crisis diplomática con Estados Unidos por la colisión entre un avión espía norteamericano y un caza chino no afectará las relaciones comerciales bilaterales.
“Esta crisis no tiene nada que ver con el ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio”, dijo una portavoz del ministerio, que no quiso dar su nombre.
La funcionaria opinó que “Estados Unidos ya firmó con China el acuerdo de relaciones comerciales normales, el año pasado”, por lo cual “no puede dar marcha atrás”. ¿
Cualquier obstáculo a los intercambios bilaterales supondrá un duro golpe para China, que tiene en Estados Unidos su segundo mayor socio comercial, por detrás de Japón, y un superávit de US$ 84.000 millones en la balanza comercial bilateral con Washington el año pasado.
(EFE).- “Cada día que pasa en esta disputa con China (sobre el avión espía estadounidense y sus tripulantes) se incrementan las posibilidades de que nuestras relaciones con Pekín sufran daños”, dijo hoy (lunes 9) el presidente de Estados Unidos, George Bush.
En un breve encuentro con la prensa esta mañana en la Casa Blanca, Bush explicó que “se trabaja tras bambalinas, con todos los medios diplomáticos”, y reiteró que “ya es tiempo de que nuestras tropas retornen a casa”.
Los 24 tripulantes de un avión EP-3 de la Marina de Guerra, que aterrizó sin autorización en la isla de Hainan después de una colisión en vuelo con un avión caza chino, tuvieron hoy nuevos contactos con funcionarios diplomáticos estadounidenses.
El gobierno de China insiste en que Estados Unidos debe pedir perdón por el incidente, ya que el avión militar había incursionado dentro del espacio aéreo chino cuando una maniobra de su piloto causó la colisión con uno de dos aviones F-8 que los vigilaban.
El gobierno de Bush ha repetido que lamenta la aparente pérdida de un piloto chino, pero sostiene que el EP-3 realizaba un vuelo de observación en espacio aéreo internacional, y que fue el avión chino –más liviano y veloz– el que embistió a la aeronave estadounidense.
La OMC, a salvo
(EFE).- El Ministerio de Comercio Exterior y Cooperación Económica de China declaró hoy (lunes 9) que la actual crisis diplomática con Estados Unidos por la colisión entre un avión espía norteamericano y un caza chino no afectará las relaciones comerciales bilaterales.
“Esta crisis no tiene nada que ver con el ingreso de China en la Organización Mundial del Comercio”, dijo una portavoz del ministerio, que no quiso dar su nombre.
La funcionaria opinó que “Estados Unidos ya firmó con China el acuerdo de relaciones comerciales normales, el año pasado”, por lo cual “no puede dar marcha atrás”. ¿
Cualquier obstáculo a los intercambios bilaterales supondrá un duro golpe para China, que tiene en Estados Unidos su segundo mayor socio comercial, por detrás de Japón, y un superávit de US$ 84.000 millones en la balanza comercial bilateral con Washington el año pasado.