<p>Por ahora, es cierto que no hay signos de una reacción general. Aparte, la crisis sistémica desencadenada por las malas hipotecas en 2006/7 afectó sólo a occidente. Naturalmente, aquel grupo de emergentes parece hoy beneficiar a otras de su tipo (Sudáfrica, Indonesia, Rusia). Al menos, ese panorama se manifiesta vía mejores índices de confianza empresaria en EE.UU. y otras economías (Alemania, Canadá, Suecia, Noruega, Francia).</p>
<p>Entretanto, un informe de la consultoría germana KPMG –cubre 6.200 empresas alrededor del planeta- sugiere que la economía real puede rebotar el año entrante en los emergentes dinámicos, pero no tanto en Europa occidental, EE.UU. o Japón. Especialmente en términos de demanda laboral.</p>
<p>Otras fuentes, empero, temen que Dubai, Grecia o Austria sean puntas de un témpano donde se ocultan otras economías islámicas y de la Unión Europea. Un componente, la especulación inmobiliaria de los jeques, acerca el colapso del emirato a los de las malas hipotecas estadounidenses, británicas o irlandesas. En otro plano, una insolvencia por US$ 70.000 millones (Dubai World) afecta a vecinos como Kuwait, Qatar, Omán o la mismísima Saudiarabia.</p>
<p>No obstante, pocos analistas occidentales esperan que, a causa de algún emirato, economías relevantes entre en cese de pagos. Pero hay algunos países muy endeudados. Entre ellos, Grecia (US$ 235.000 millones), Rusia (191.000 millones), Unión de Emiratos Arabes (105.000 millones), Ucrania (43.000 millones), Lituania (39.000 millones) y Letonia (31.500 millones).</p>
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EE.UU., tres emergentes y señales no muy claras
Analistas europeos sostienen que habrá una especie de reacción en dos andariveles. Estados Unidos impulsará economías centrales, mientras China, India y Brasil harán lo mismo con las emergentes. Pero ¿cómo jugarán Grecia, Austria, Dubai, etc.?