La estadística mensual elaborada por la universidad de Michigan revirtió, inclusive, sus propios anticipos. Así, el índice de confianza entre consumidores –o sea, cómo ven las cosas de ahora a mediados de año- baja de 86,7 puntos en diciembre a 83,7 (3,46%) en enero. Por su parte, el sector secundario de la economía (fábricas, minas, servicios públicos) bajó 0,2% en diciembre, tras haber subido 0,1% en noviembre, como señala un informe del departamento federal de Comercio.
El consumo representa en Estados Unidos 67% del producto bruto interno y, durante 2002, ha sido el único sostén de una reacción económica lenta e inestable. La actitud del público explica que la manufactura (14,5% del PBI) invierta menos en equipos y no aumente producción, ante una demanda reticente. Salvo en sectores donde se ofrecen incentivos; por ejemplo, el automotor.
En estas condiciones, el PBI tal vez repunte a razón de 2,7% anual este trimestre, según estima la consultora Blue Chip Economic Indicators. Más que durante octubre-diciembre (1,4%), pero bastante menos de lo que necesita el gobierno (4%). Otra señal inquietante es el déficit del comercio exterior: de acuerdo con cifras finales del gobierno, en noviembre marcó otro récord: US$ 40.100 millones.
A criterio de varios analistas, la menor confianza de la gente trasunta escepticismo respecto del nuevo paquete de rebajas tributarias presentado por George W.Bush: no se espera que tantos beneficios a grandes empresas y sectores de altos ingresos estimulen la economía, generen empleo y mejoren salarios de bolsillo. El riesgo bélico tampoco ayuda.
Esta lluvia de estadísticas negativas presionó contra el dólar e hizo ceder las cotizaciones en Wall Street, ya castigadas por fuertes bajas en la Unión Europea. El euro, pues, concluyó la semana a US$ 1,066, máximo desde el 26 de octubre de 1999. En tanto, el dólar cedía a FS 1,368 y ¥ 117,90.
La estadística mensual elaborada por la universidad de Michigan revirtió, inclusive, sus propios anticipos. Así, el índice de confianza entre consumidores –o sea, cómo ven las cosas de ahora a mediados de año- baja de 86,7 puntos en diciembre a 83,7 (3,46%) en enero. Por su parte, el sector secundario de la economía (fábricas, minas, servicios públicos) bajó 0,2% en diciembre, tras haber subido 0,1% en noviembre, como señala un informe del departamento federal de Comercio.
El consumo representa en Estados Unidos 67% del producto bruto interno y, durante 2002, ha sido el único sostén de una reacción económica lenta e inestable. La actitud del público explica que la manufactura (14,5% del PBI) invierta menos en equipos y no aumente producción, ante una demanda reticente. Salvo en sectores donde se ofrecen incentivos; por ejemplo, el automotor.
En estas condiciones, el PBI tal vez repunte a razón de 2,7% anual este trimestre, según estima la consultora Blue Chip Economic Indicators. Más que durante octubre-diciembre (1,4%), pero bastante menos de lo que necesita el gobierno (4%). Otra señal inquietante es el déficit del comercio exterior: de acuerdo con cifras finales del gobierno, en noviembre marcó otro récord: US$ 40.100 millones.
A criterio de varios analistas, la menor confianza de la gente trasunta escepticismo respecto del nuevo paquete de rebajas tributarias presentado por George W.Bush: no se espera que tantos beneficios a grandes empresas y sectores de altos ingresos estimulen la economía, generen empleo y mejoren salarios de bolsillo. El riesgo bélico tampoco ayuda.
Esta lluvia de estadísticas negativas presionó contra el dólar e hizo ceder las cotizaciones en Wall Street, ya castigadas por fuertes bajas en la Unión Europea. El euro, pues, concluyó la semana a US$ 1,066, máximo desde el 26 de octubre de 1999. En tanto, el dólar cedía a FS 1,368 y ¥ 117,90.