Por cierto, 539.000 norteamericanos perdieron el trabajo o, como reza el eufemismo técnico, esos puestos “fueron eliminados en el sector privado”. Así señala el departamento federal de trabajo este fin de semana. Todavía es la máxima cifra en veinticinco años. <br />
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Pero el deterioro es inferior al temido (9,3%). Este síntoma alentador podría estirar la euforia bursátil del viernes pasado, apoyada en un desmedido optimismo sobre la situación de los mayores bancos del país. <br />
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Como siempre, analistas, gurúes y consultores salieron a afirmar que “lo peor ha pasado”. Escépticos como Joseph Stiglitz (Nobel compartido en 2001), sin embargo, recuerdan que la depresión de los años 30 se atenuó tres veces antes de ceder. Recomendó al gobierno “acentuar el vacilante sesgo neokeynesiano del plan económico”. Justo lo que Timothy Geithner (Tesoro) y Benjamin Bernanke (Reserva Federal) se resisten a hacer. <br />
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Dos días después de que los técnicos a cargo de las pruebas ácidas declarasen a las entidades financieras examinadas “en mejor estado del supuesto”, la nueva noticia es una evidencia –tenue pero concreta- positiva para la economía real, no ya sólo el negocio bancario. <br />
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Tomando el lapso iniciado con la caída de Bear Stearns (cuidadosamente silenciado por los medios especializados) y Lehman Brothers, que incluye la malventa de Countrywide Financial, o Merrill Lynch, el clima de pánico parece ceder. “Nos aproximamos a una reacción en la economía de Estados Unidos. Pero la Unión Europea todavía no abandona el cono de sombras”, sostiene un informe de Barclay’s Capital New York. <br />
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En efecto, los 539.000 despidos de abril representan una mejora sobre los 681.000 de febrero y los 699.000 de marzo, según cifras oficiales revisadas. En proporción, este 8,9% del mes pasado, indica que más gente empieza a buscar empleo. <br />
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EE.UU.: el desempleo toca 8,9% pero parece amainar
A primera vista, el mercado laboral seguía empeorando en abril (8,9% de la población urbana activa), pero a menor ritmo que hasta marzo. Las cifras del mes pasado permiten esperar que mejore el cuadro más duro desde la depresión de 1933/7.