¨Las economías regionales argentinas no constituyen un sector ganador en este nuevo modelo económico iniciado a fines de 2015. A excepción de la agricultura extensiva, se están viendo paulatinamente envueltas en una red de presiones que imponen una cota a su desarrollo y expansión¨. Así lo señaló Lorenzo Sigaut Gravina, Economista Jefe de Ecolatina, en Mendoza en una disertación a la que fuera invitado por CONINAGRO, en el marco de la celebración de la Fiesta de la Vendimia.
Al respecto detalló una serie de impactos provenientes del contexto macroeconómico local derivados del ¨atraso cambiario, la tasa de interés real positiva con difícil acceso al crédito y un consumo masivo anémico¨ Sigaut Gravina consideró que ¨pese a la flotación del tipo de cambio, el gradualismo fiscal (es decir, la reducción paulatina del déficit público) financiado con deuda externa más la lucha contra la inflación mediante un régimen de metas con tasas de interés reales muy elevadas, generan atraso cambiario¨.
Remarcó que ¨las tasas altas de interés real no solo desincentivan la inversión productiva (haciendo más atractiva la inversión financiera y elevando el costo del financiamiento de los productores), sino que además profundizan el atraso cambiario que atenta contra la rentabilidad de los sectores transables, y en particular a las economías regionales a la hora de colocar su producción en los mercados internacionales¨.
El economista afirmó que ¨el actual modelo económico está basado en la inversión, lo cual es bueno para sostener el crecimiento en el tiempo, pero relega el rol del consumo interno¨. Más aún, consideró que ¨el impulso al crédito para la adquisición de bienes durables y la remoción de trabas e impuestos a la hora de comprar productos importados, desincentivan el consumo masivo. Una demanda interna anémica afecta a las economías regionales ya que una parte de su producción se coloca en el mercado doméstico¨.
A estas características del entorno macroeconómico argentino se suman dos factores exógenos: las condiciones climáticas y los mercados externos. El clima en la zona núcleo, pero también en el resto del país, no ha sido favorable, perjudicando a las economías regionales. En cuanto al contexto externo, para 2018, Sigaut Gravina sostuvo que se prevé un mayor crecimiento de la economía mundial (y de los destinos relevantes para colocar nuestras exportaciones), pero también un panorama financiero más incierto¨.
A modo de conclusión, aseveró que ¨el estado de situación de las economías regionales es de vulnerabilidad¨ y consideró que ¨no es deseable que las economías regionales queden libradas a su propia suerte por el aporte clave en el nivel de actividad, el desarrollo territorial/regional y la generación de divisas y puestos de trabajo¨.